Daños a Terceros

El perjuicio ocasionado por una persona física o jurídica a una o más personas, ya sea físico, material o moral, forma parte de la responsabilidad civil de la persona causante del daño. Es por eso que en la mayoría de actividades que representen un peligro para las personas expuestas, la ley contempla que se ha de contar con un seguro de responsabilidad civil obligatoria, el cual cubre los daños a terceros.

Los elementos esenciales que intervienen en la responsabilidad civil son:

  1. Elementos personales, son las personas, tanto la que produce el daño como la que lo padece, siendo la persona causante la obligada a responder civilmente ante esos daños.
  2. Lesión, la cual se manifiesta en forma de daño personal, daño material o incumplimiento contractual, cuyos efectos recaen sobre una persona o sobre su patrimonio.
  3. Relación de causalidad, será necesario demostrar que existe una relación causa-efecto entre la actuación de la persona responsable y los daños sufridos.

Estos son algunos ejemplos en los que pueden suceder daños a terceros y la responsabilidad civil obliga a responder por ellos:

  • Accidentes de tráfico, se clasifican atendiendo a la forma en la cual se produjeron:
  1. Salida de la vía.
  2. Choque.
  3. Vuelco.
  4. Atropello.
  5. Colisión.
  • Mala praxis de los profesionales, se puede producir por diferentes tipos de errores:
  1. Imprudencia, obrar con falta de juicio, cuidado o sensatez.
  2. Negligencia, descuido, omisión o falta de esfuerzo.
  3. Incumplimiento de normas, es no seguir el manejo de un paciente determinado, previamente de manera consensuada por un grupo de profesionales.
  4. Impericia, no tener la experiencia o la destreza suficiente para realizar un procedimiento médico.
  • Fuga de agua en la vivienda, que afecta a un vecino, producidas por rotura de tuberías, rotura de grifos o llaves de paso.
  • Daños ocasionados por menores, la ley dispone que cuando los daños son cometidos por un menor de 18 años, los responsables de responder por dichos daños son sus padres, tutores o guardadores legales.
  • Daños ocasionados por animales de compañía, por ejemplo los perros de raza potencialmente peligrosos.

Ante este panorama, cuando existe un peligro latente de causar daños a terceros, indudablemente es recomendable -y a veces obligatorio-  contar con un seguro apropiado para cubrir los riesgos a los que se está más expuesto.