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La climatología adversa complica la conducción e incide en el aumento de los accidentes de tráfico. La lluvia, el viento acusado, la niebla y especialmente la nieve y el hielo en invierno provocan colisiones con otros vehículos o salidas peligrosas de la carretera, debido mayormente a la pérdida de adherencia de los neumáticos con el asfalto. ¿Quién cubre los daños en caso de accidente motivado por una nevada? ¿Qué protege el seguro de tu coche?
Si tienes un accidente motivado por una nevada que te ha producido golpes en la carrocería o en el quitamiedos por choque con otros vehiculos, solo si tu póliza es a todo riesgo estarán cubiertos los daños, o sea que el seguro responde de la misma manera que de no existir tal nevada. Por tanto, te reparará los daños personales y del coche hasta los límites establecidos en la cobertura de daños propios, que son:
Y, a través de la cobertura de responsabilidad civil, pagará a los terceros perjudicados en los siniestros en los que resultes responsable:
Al tratarse de un riesgo extraordinario, cabe preguntarse si el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) podría pagar los daños originados por la nevada. Sin embargo, el Consorcio no cubre los daños directos causados por los fenómenos meteorológicos, tales como la lluvia, el granizo o la nieve, por lo que tendrás que remitirte a tu póliza de seguros.
Por otro lado, no viene mal recordar que el Reglamento General de Circulación establece en su artículo 155, R-412, la señal obligatoria de “no proseguir la marcha sin cadenas para nieve u otros dispositivos autorizados, que actúen al menos en una rueda a cada lado del mismo eje motor”. Y el artículo 159 que incorpora la señal S-21.1 establece las condiciones en las que se tiene que circular y las velocidades que se tienen que llevar.
Las bajas temperaturas que acompañan este tipo de eventos y el estado de las carreteras puede obligarte a encender y apagar el motor del coche una y otra vez para tratar de mantener el calor en el interior, pero esto puede provocar daños e incluso que llegues a vaciar el depósito de gasolina. Incluso puede ocurrir que quedes encallado en alguna cuneta, y tengas que recurrir a una grúa para rescatar el vehículo.
En este tipo de casos, así como en caso de agotar el combustible durante un trayecto y no estar cerca de alguna estación de servicio, puedes contactar con tu aseguradora para que te preste ayuda y continuar tu camino hasta la estación más cercana, siempre y cuando tengas contratada la cobertura de asistencia en viaje en tu póliza.
La práctica totalidad de las pólizas de seguros incluye este servicio. Según el último informe Estamos Seguros de UNESPA, relativo a 2019, los vehículos que tienen suscrita una póliza de asistencia en viaje en nuestro país ascienden a 4.025.877 (sobre un parque móvil de unos treinta millones de vehículos asegurados). Al tratarse de una cobertura muy extensa puede haber grandes diferencias en las pólizas ofertadas por las compañías de seguros. ARPEM te propone que compares aquí la asistencia en viaje entre una compañía y otra.
La asistencia en viaje cubre las contigencias ocurridas tanto a las personas, al vehículo y a los objetos contenidos en él en los primeros instantes del siniestro, con independencia de si lo que ha ocurrido es una avería o un accidente, e independientemente de quien sea la culpa del accidente (es decir, más adelante se dictaminará quien paga el arreglo del coche y el culpable del siniestro, etc.). Para que la asistencia en viaje o en carretera se active, es requisito imprescindible, por supuesto, además de tenerla incluida en la póliza, que el vehículo no esté en condiciones para circular, independientemente del motivo que sea.
Si hay un bloqueo o colapso en la carretera que dificulta la circulación, tendrás que esperar a que ésta se restablezca para ser rescatado. El rescate de un vehículo es un servicio incluido dentro de la asistencia en viaje que ofrecen las compañías por una cantidad generalmente limitada, que suele oscilar entre los 300 y los 1000 €.
Cuando un conductor queda atrapado en la carretera durante varias horas por una nevada, podría tratar de pedir indemnización por los perjuicios ocasionados tras una nevada, pero solo si las medidas tomadas por el propietario de la vía para evitar las consecuencias finales han sido deficientes.
Sin embargo, el seguro solo cubre la reclamación de daños cuando se produce un accidente de tráfico en el que existen daños materiales o personales, por lo tanto, en caso de reclamar perjuicios a la aseguradora, ésta no se hace cargo. Son las asociaciones de consumidores quienes pueden emprender acciones legales colectivas para que los afectados reciban una indemnización por estos daños sufridos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y FACUA-Consumidores en Acción pueden ayudarte a reclamar los daños morales, al igual que los gastos patrimoniales que puedas acreditar, tales como alojamiento, comidas, pérdida de día de trabajo, tiquet de gasolina, etc., a quienes considera responsables, que suele ser la empresa concesionaria de la vía que tiene la obligación de garantizar sus óptimas condiciones de seguridad.
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El seguro a todo riesgo hasta los límites establecidos en la cobertura de daños propios y en la cobertura por responsabilidad civil, que pagará a los terceros perjudicados. Una póliza que incluya la cobertura de asistencia en viaje también protege de las contigencias ocurridas tanto a las personas, al vehículo y a los objetos contenidos en él en los primeros instantes del siniestro.
El Consorcio no cubre los daños directos causados por los fenómenos meteorológicos, tales como la lluvia, el granizo o la nieve, por lo que tendrás que remitirte a tu póliza de seguros.
No. Todo lo contrario. Al tratarse de una cobertura muy extensa puede haber grandes diferencias en las pólizas ofertadas por las compañías de seguros. ARPEM te propone que compares aquí la asistencia en viaje entre una compañía y otra.
Fuentes:
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