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Cualquier persona que conduzca un vehículo está expuesta a verse involucrada en un accidente de tráfico. Se trata de un riesgo para el que conviene estar preparado. Para ello, tienes que saber cómo actúan las compañías aseguradoras y cómo enfrentarse a ellas. Un buen seguro, en cualquier caso, debe ayudar a reparar o resarcir los daños sufridos y/u ocasionados en un accidente de tráfico.
En un siniestro entre vehículos pueden darse dos situaciones: que se produzcan daños materiales sin que haya víctimas ni lesiones o que, por el contrario, alguien resulte herido o fallezca. En ambas situaciones, el seguro tiene que responder de una manera profesional y atender las necesidades e indemnizar los daños que hayan sufrido u ocasionado sus asegurados.
Entendemos por daños materiales los que afectan tanto al vehículo como a los objetos transportados durante el accidente.
Una manera rápida de solucionar esta situación es cumplimentar el parte amistoso de accidentes, en el que hay que incluir todos los datos de las partes involucradas, un breve resumen de las circunstancias que han provocado el siniestro y los daños ocasionados. Este documento deben firmarlo ambos conductores y serán sus respectivas compañías las que posteriormente se encarguen de la reparación de los daños.
Si el otro conductor se niega a colaborar, es aconsejable tomar nota del número de matrícula y de cualquier detalle que ayude a identificarlo, así como pedir los datos a algún testigo presencial del suceso.
En caso de que haya discrepancias sobre quién ha sido el culpable del accidente, es conveniente llamar a la Guardia Civil o a la Policía para que haga un atestado de lo ocurrido.
Siempre que haya heridos o fallecidos, lo primero es señalizar el lugar del accidente y llamar inmediatamente a los servicios de emergencia. Serán los miembros de la Guardia Civil o la Policía los encargados de hacer un atestado del siniestro. En caso de necesitar la presencia de los servicios de asistencia médica, los gastos que originen serán sufragados por la aseguradora del conductor culpable.
Si el conductor o algún acompañante sufren lesiones, es fundamental obtener un parte de asistencia médica. Es una prueba que acredita que esos daños han sido causados por el accidente y facilita la reclamación de una indemnización a la compañía de seguros.
Para que el seguro pague el traslado en grúa del vehículo hasta el taller, es necesario tener contratada la cobertura de asistencia en viaje. Para hacer uso de este servicio, basta con llamar al teléfono de asistencia de la aseguradora que aparece recogido en la póliza. En caso de no tener contratada esta garantía, el coste del remolque será abonado por el propietario o usuario del vehículo.
Tras el siniestro, las partes involucradas en el accidente tienen un plazo máximo de siete días para ponerse en contacto con sus aseguradoras y entregar la copia firmada del parte de accidentes para que se inicie el proceso de peritaje, reparación e indemnización.
Cuando una de las partes no informa a su aseguradora, es la otra compañía la que demanda a la parte contraria.
Si no ha habido acuerdo amistoso y consideras que la culpabilidad es del otro conductor, cuentas con seis meses para interponer una denuncia penal. Si no es admitida, dispones de un año más para hacer una reclamación civil. Para estos trámites, es útil tener contratada la cobertura de defensa jurídica, de manera que tu aseguradora se haga cargo de los gastos.
La reparación de los daños y el pago de las indemnizaciones será diferente dependiendo si eres culpable o inocente en el siniestro.
Si eres culpable, será tu aseguradora la que se encargue de responder por los gastos ocasionados a terceros, tanto materiales como personales (fallecimiento, invalidez o incapacidad y asistencia sanitaria), con la garantía de responsabilidad civil del seguro.
En cuanto a los desperfectos en tu vehículo, sólo están cubiertos si tienes contratado el seguro a todo riesgo, mediante el cual la aseguradora procederá a la reparación de los daños parciales incluidos en la póliza, o a la indemnización en caso de siniestro total, según lo que venga estipulado en las condiciones generales de tu seguro (valor a nuevo, valor venal, valor de mercado, etc.).
Para tener cubiertos los daños físicos que hayas sufrido, en este caso necesitas tener contratada la garantía de seguro de conductor. Es una cobertura voluntaria que puedes añadir a cualquier tipo de póliza, ya sea a terceros o a todo riesgo.
Si eres inocente del siniestro, tu propia aseguradora, y no la contraria, te pagará la reparación o te abonará la indemnización por los daños ocasionados. Una vez que tu compañía disponga de la conformidad de la parte contraria, esta última deberá satisfacer las cantidades correspondientes a tu entidad. En caso de necesitar la presencia de los servicios de asistencia médica, éstos serán pagados por la aseguradora del conductor culpable.
Si no estás de acuerdo con las indemnizaciones o prestaciones recibidas de tu propia aseguradora, o consideras que no está cumpliendo las condiciones establecidas en el contrato, puedes poner una reclamación ante el Defensor del Asegurado, la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGGSFP) y, en última instancia, por vía judicial.
Si es la compañía contraria la encargada de indemnizarte y quieres presentar una reclamación porque no estás conforme, puedes hacerlo por vía extrajudicial, negociando con la aseguradora el monto de la indemnización o por vía judicial. En este último caso, resulta de nuevo de gran utilidad contar con la cobertura de defensa jurídica. Es importante que esta garantía incluya la libre elección de abogado, que te permitirá contar con una cantidad de dinero para contratar a un letrado de tu confianza.
Debes de saber que, después de un accidente, las partes involucradas en el mismo tienen un plazo máximo de siete días para ponerse en contacto con sus aseguradoras y entregar la copia firmada del parte de accidentes e iniciar el proceso de peritaje, reparación e indemnización.
Ante todo, mantener la calma y comprobar la importancia de las lesiones. En ese caso, auxiliarles y llamar a los servicios de emergencia y de asistencia en carretera. Pide a la autoridad una copia del atestado. Si puedes, recaba pruebas del accidente.
Lo ideal es formalizar el parte amistoso de accidentes. En caso de que el otro conductor no esté de acuerdo, conviene pedir los datos a algún testigo presencial.
Si no estás de acuerdo con las indemnizaciones o prestaciones recibidas de tu propia aseguradora, puedes poner una reclamación ante el Defensor del Asegurado o la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGGSFP). También por vía judicial.
Fuentes:
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