Las pólizas de seguros a todo riesgo se diferencian de las pólizas a terceros en que las primeras garantizan los daños propios que se produzcan en tu vehículo por un accidente en el que seas responsable, independientemente de si los desperfectos son leves o de gran magnitud. Con un seguro a terceros no tienes derecho a reparar los daños del coche ni a recibir una indemnización cuando tienes un accidente con culpa. Sin embargo, hay una cobertura que garantiza esta protección y que puedes añadir a algunas pólizas a terceros.
Existe una cobertura poco conocida que puedes incluir en algunas pólizas a terceros para garantizar una indemnización en caso de producirse un siniestro total, es decir, no cubre los daños leves o parciales. Se trata de la cobertura por pérdida total. Esta modalidad de seguro, que generalmente se denomina terceros con pérdida total, es más económica que un seguro a todo riesgo y con ella puedes asegurarte ante el riesgo de tener un accidente grave, asumiendo por tu parte los golpes de menor calado como roces o golpes de chapa.
Para determinar cuándo un vehículo se considera siniestro total, las aseguradoras comparan el coste de la reparación con el valor venal del vehículo. Así, cuando el coste de la reparación supera el valor venal, el vehículo será declarado siniestro total, aunque hay compañías que lo hacen cuando el valor del primero es superior al 75% del valor del segundo. Otras compañías lo hacen a partir del 100%. En algunos casos, la cobertura se calcula por la antigüedad del vehículo o por el valor de nuevo, dependiendo del producto contratado.
En muchas ocasiones, sobre todo cuando sufrimos momentos de dificultad económica, no se formalizan seguros a todo riesgo desde el principio de la compra del nuevo vehículo, porque es cara, y, en su defecto, lo más adecuado es contratar la cobertura de Pérdida Total. Es importante tener en cuenta esta cobertura también para los nuevos vehículos, ya que éstos, nada más salir del concesionario sufren una depreciación aproximada del 30%.
La cobertura de pérdida total suele estar incluida en todos los seguros a todo riesgo, pero no todas las compañías la ofrecen en los seguros a terceros ampliados. Algunas entidades con las que puedes contratar esta cobertura son Asegrup, AXA, Caser, Fiatc, Génesis, Helvetia, Liberty, Mussap, Ocaso, Regal, Seguros Bilbao y Zurich.
Cuando un coche es declarado siniestro total, no es tan sencillo como simplemente recibir la suma acordada. Si decides reparar el coche con el dinero recibido, puedes llevarlo al taller para su reparación. Sin embargo, si no te interesa arreglarlo, deberás hacerte responsable del vehículo y llevarlo al desguace para darlo de baja. En cualquier caso, la aseguradora deducirá el valor de los restos del coche de la indemnización correspondiente.
En teoría, deberías recibir el valor total, ya que en el desguace te pagarán “al peso” los restos de tu coche. Si los restos quedan en poder de la compañía, deberás otorgarle un mandato especial para que, en tu nombre y representación, proceda a reparar total o parcialmente, vender o transferir los restos de tu vehículo. Para ello, deberás suscribir y entregar los documentos necesarios para legalizar la transferencia de dominio.
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Aquí puedes ver algunos términos clave para entender la cobertura de pérdida total al calcular el valor de un coche asegurado:
Valor Venal: El precio de venta del coche asegurado justo antes del accidente.
Valor Venal Mejorado: Por ejemplo, valor venal + 50% de la diferencia entre el valor de nuevo y el valor venal o valor venal + 30%.
Valor de Nuevo: El precio total de venta en estado nuevo del coche asegurado, incluyendo recargos e impuestos, excepto cuando sean deducibles fiscalmente por el propietario, así como accesorios de serie garantizados en la póliza. Si el modelo ya no se fabrica o no aparece en los catálogos de los fabricantes o organismos oficiales, se aplicará el valor de nuevo de un vehículo de características similares.Valor de Mercado: El precio al que generalmente se puede comprar en el mercado de vehículos de segunda mano un coche de la misma marca, modelo y antigüedad que el coche asegurado justo antes del accidente. El mismo criterio se aplicará para los accesorios.
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También se puede declarar siniestro total a un coche que ha sido objeto de robo, cuando el coche robado no se recupera o se recupera, pero con daños excesivos (es bastante común encontrar coches robados quemados) en los que la reparación resulta más costosa que el valor del propio coche. En tales situaciones, la aseguradora considerará nuestro coche como un siniestro total e indemnizará basándose en el valor del vehículo en función de su antigüedad o su valor de nuevo. Esa indemnización se podrá utilizar para la reparación del coche, si es factible, o para la adquisición de un nuevo vehículo.
Consejo del experto de Arpem
En el caso de que tengas un vehículo con varios años de antigüedad asegurado a todo riesgo y no tengas claro cuándo pasar a un seguro a terceros por miedo a las consecuencias de sufrir un siniestro total que te deje sin vehículo y sin indemnización, puedes optar por contratar un seguro a terceros con cobertura de pérdida total, que aunque no te cubrirá los daños parciales del coche, sí que estarás cubierto ante las consecuencias fatales de cuando se declara la pérdida total del vehículo, ya sea por un robo, un incendio o por daños propios.
Es una cobertura poco conocida que puedes incluir en algunas pólizas a terceros para garantizar una indemnización en caso de producirse un siniestro total.
Efectivamente, esta modalidad de seguro, que generalmente se denomina terceros con pérdida total, es más económica que un seguro a todo riesgo y con ella puedes asegurarte ante el riesgo de tener un accidente grave en el que el vehículo sea declarado como pérdida total.
No, los seguros a terceros ampliado con cobertura de pérdida total no indemnizan frente a daños leves o parciales que le ocurran al vehículo.
Para determinar cuándo un vehículo se considera siniestro total las aseguradoras comparan el coste de la reparación con el valor venal del vehículo, es decir, el precio de venta del vehículo asegurado inmediatamente antes de la ocurrencia del siniestro.
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