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El vehículo de sustitución es uno de los servicios más apreciados de las pólizas de seguros de coche. Estos vehículos pueden ayudarte a no perder movilidad mientras tu coche está en el taller por cualquier motivo. Sin embargo, son igualmente susceptibles a tener averías o sufrir accidentes de tráfico. En estos casos, ¿quién paga los daños del vehículo de sustitución? Hoy verás algunos casos y cómo pueden resolverse de la mejor forma para ti.
Sin duda alguna, un coche de sustitución es un servicio muy apreciado, especialmente cuando la reparación de tu vehículo se alarga. Este servicio te permite continuar con tus actividades de forma cómoda sin interrumpir tu vida diaria. Es uno de los servicios premium de algunas empresas de seguros, talleres y concesionarios de vehículos.
Pero, aunque sea un servicio confortable y que te resuelve un grave problema de movilidad, no está exento de problemas. Es decir, el vehículo de sustitución no deja un coche que circula en una vía expuesto a una serie de riesgos. Independientemente que no sea de tu propiedad, al subir al coche de sustitución, asumes algunos de estos riesgos. Entre los riesgos más comunes están las colisiones, averías, daños y cientos de situaciones adversas.
Precisamente en la propiedad del vehículo de sustitución radica una de las dudas más frecuentes entre los usuarios. La duda más grande es, ¿quién debe pagar por los daños de un vehículo de sustitución? Aquí, no hay una única respuesta, pues depende de muchos elementos. Un elemento depende del tipo de póliza que tenga el vehículo y la otra, la naturaleza del daño o accidente. Para verlo de una mejor manera, lo ideal es analizar diferentes situaciones prácticas, mira las más repetidas:
No es improbable que conduciendo un vehículo de sustitución te enfrentes a la incómoda situación de colisionar con otro coche. En este caso, la solución del accidente es idéntica a la de un coche particular. Es decir, lo primero es siempre comprobar que no haya lesionados y de ser así, antes de cualquier otra acción, debes notificar a las autoridades.
Si no hay lesionados, sino sólo daños a los vehículos, la actuación es la misma que con tu vehículo. Se deben establecer las culpabilidades y responsabilidades del accidente. Esto permite saber cuál de los seguros será el que se haga responsable de los daños. Si el otro coche fue el culpable del accidente, su seguro obligatorio es el que debe pagar los daños. Lo mismo sucede si eres tú quien es culpable del siniestro, el seguro a terceros del coche, es quien paga los daños ocasionados.
Ahora bien, sin importar quien haya sido el culpable del siniestro, el tema de los daños propios es totalmente diferente. O sea, esta cobertura de daños dependerá de la póliza que posea el vehículo de sustitución y allí, es fundamental conocer eso con anticipación. Si el coche no tiene cobertura de daños propios, el conductor podría ser el responsable, pero eso dependerá única y exclusivamente del contrato. Pero, de eso, hablaremos en detalle más adelante.
Es muy probable que cuando pienses en un vehículo de sustitución, pienses en los modelos nuevos de las aseguradoras. Es muy común verlos por la calle fácilmente identificables, ya que funcionan perfectamente como medio publicitario de las empresas de seguros. Sin embargo, no todos los coches de sustitución son nuevos, impecables o exentos de fallos.
En muchos talleres, te ofrecen un vehículo de sustitución mientras el tuyo está en reparación. Este servicio no es obligatorio, salvo en el caso de que tu coche esté dentro del período de garantía y la reparación sea mayor a 20 días, pero es un plus de calidad de servicio que ofrece el taller. No obstante, esto no quiere decir que el coche esté en perfectas condiciones y exento a averías.
Los vehículos de sustitución pueden presentar fallos y averías mientras estén bajo tu responsabilidad. En este caso, se pueden generar gastos de grúas, traslados o reparaciones si la avería se repara en otro taller. En cualquier caso, los gastos deberán ser cubiertos de acuerdo al contrato firmado en el taller, la aseguradora o el concesionario. He aquí la importancia de conocer cuál es el tipo de póliza y coberturas del vehículo del que te harás responsable.
La Ley de Tráfico y Seguridad Vial en España es muy clara. El conductor es responsable de las imprudencias, faltas a la normativa y acciones que puedan generar accidentes de tráfico. En este contexto es muy importante diferenciar al propietario, tomador y conductor, pues tienen implicaciones y responsabilidades diferentes.
Ya hemos hablado de ello en nuestro artículo: “¿El propietario, el conductor y el tomador del seguro pueden ser personas distintas?”. Te recomendamos su lectura si quieres profundizar al respecto. En este artículo te explicamos bien que un conductor puede o no ser el propietario del vehículo. Por lo que, la ley es bastante clara en la distribución de responsabilidades.
En el caso del vehículo de sustitución sucede algo muy similar a los coches de alquiler, algunos coches de renting o de carsharing. El vehículo es conducido por conductores ocasionales aunque la propiedad es de una empresa. En este caso puede ser la aseguradora, el taller o un concesionario.
Entendido esto, es crítico que comprendas que como conductor hay responsabilidades que son ineludibles y que debes cumplir siempre. Independientemente del vehículo que conduzcas, si infringes las normas, deberás pagar las multas. Otro caso es lo relativo al vehículo, ya verás por qué.
En las leyes de tráfico se establece que los vehículos deben estar bajo ciertas normas para poder circular sin problema. Estos requisitos son la matriculación, una ITV en vigor y favorable, así como una póliza de seguros obligatoria. Si vas conduciendo un coche de sustitución y recibes una multa por alguna de estas causas, es el propietario del coche quien debe pagarlas. Pero, es importante que entiendas muy bien que, en última instancia, es tu responsabilidad comprobar esto antes de subir tras el volante.
En el mundo del seguro no se suele hablar de un siniestro como imposible. Es decir, no existe situación que no sea analizada como improbable o incierta. Por ello, es crucial que tú como usuario tampoco des por descartado cualquier eventualidad. O sea, no pienses jamás que un coche de sustitución estará exento de problemas o que no tendrás accidentes, averías o multas.
Es por esta razón que todos los expertos en seguridad vial y seguros recomiendan revisar con mucha atención los contratos de vehículos de sustitución. No siempre estos contratos son cristalinos y transparentes y pueden contener cláusulas de exención de responsabilidad o que imputen al usuario algunos gastos extraordinarios. Fíjate en las situaciones más comunes en cuánto al coche de sustitución:
Este no es un caso usual pero por ello, no deja de ser viable. En algunos concesionarios y talleres, te pueden ofrecer un vehículo de sustitución con una cobertura mínima. En estas empresas, el servicio está limitado a una póliza a terceros básica que deja abierta la cobertura por pérdida total y daños propios.
Es imprescindible que aclares bien quién pagará en un supuesto de un accidente con daños materiales al vehículo. Si eres tú el que debe pagarlos, es importante que sopeses la relación riesgo/coste/beneficio y si merece la pena recibir el coche de sustitución.
Recuerda que algunas empresas tratan de minimizar los gastos implícitos en algunos de sus servicios. Aunque no es lo más habitual, algunas empresas contratan seguros a todo riesgo con franquicia para sus coches de sustitución.
Un seguro con franquicia establece un monto mínimo a partir del cual se activa la póliza. Lo que quiere decir que cualquier reparación inferior a ese monto deberá ser cubierto por ti. Esto debe estar bien establecido en el contrato con el monto de la franquicia.
Esta es la póliza más habitual al recibir un vehículo de sustitución de tu aseguradora de confianza. En estos casos, cualquier daño estará cubierto por la póliza y tú como usuario no tienes que pagar ningún tipo de reparación.
Otra ventaja de este caso es que el coche de sustitución adquiere todos los servicios asociados a las pólizas a todo riesgo. En muchas empresas se incluyen grúas, traslados, servicios médicos, reparaciones in situ o asistencia en carretera. Ahora bien, ¿cómo saber que estás eligiendo un coche de sustitución que no te va a traer problemas? Mira algunas recomendaciones.
Lo dicen todos los abogados: “Nunca firmes un contrato sin leerlo y sin revisar todas y cada una de las cláusulas”. Esto aplica desde el contrato más simple hasta el más complejo y, por supuesto, aplica al contrato del coche de sustitución.
Antes de estampar tu firma como forma de aceptación de un contrato de responsabilidad sobre un vehículo de sustitución debes fijarte que:
Un punto importante es que revises las condiciones del contrato en términos de recorrido, usos y localizaciones. Algunas empresas ponen límites geográficos, de kilometraje o uso al vehículo y esto puede tener algún inconveniente para ti.
Dejando de lado los casos poco frecuentes de mal servicio o contratos irregulares, el vehículo de sustitución es un servicio muy positivo para ti. Si quieres saber si tu seguro de coche lo incluye, te recomendamos usar nuestra comparador de seguros de coche. Allí podrás ver cuáles son las pólizas con servicio de vehículo de sustitución ideales para ti.
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Salvo en el caso de que tu coche esté en garantía y la reparación sea superior a los 20 días, ni las aseguradoras, ni los concesionarios, ni los talleres, están obligados a darte un vehículo de sustitución. Este es un servicio premium y suele darse como una forma de premiar a los clientes de mayor fidelidad o de los servicios premium de estas empresas.
Depende de la póliza, la aseguradora, la localización y la disponibilidad de la empresa. Por lo general, las empresas tienen un número limitado de coches de sustitución que suelen ser bastante similares.
Este servicio suele estar incluido entre el abanico de servicios de la aseguradora en el caso de las pólizas a todo riesgo. Sin embargo, algunas empresas ponen límites de recorrido, localización y/o uso. Es importante revisar las condiciones particulares.
Por lo general, el vehículo de sustitución es un servicio reservado para las pólizas premium, es decir, las pólizas a todo riesgo. No obstante, esto depende de cada aseguradora y es conveniente revisar los servicios asociados a cada tipo de póliza.
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2007-20555
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