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Cuando te ves involucrado en un accidente de tráfico provocado por otro vehículo, además de daños materiales y lesiones físicas, puedes sufrir otro tipo de perjuicio, como es el relacionado con la pérdida o disminución temporal de tus ingresos habituales, lo que formalmente se conoce como lucro cesante y que también es indemnizable. El nuevo baremo de autos recoge las indemnizaciones que puedes reclamar a la compañía de seguros por las lesiones temporales atendiendo al tipo de perjuicio: patrimonial, personal básico o personal particular.
El perjuicio patrimonial, además de englobar los gastos sanitarios precisados, es el que hace referencia a la pérdida o reducción de los ingresos del trabajo que tenga lugar a consecuencia del accidente. La indemnización que pagará la aseguradora del conductor culpable se calcula atendiendo a los ingresos del año anterior o haciendo la media de lo percibido en los tres años anteriores, si es que esta cantidad es superior a la primera. Para las personas que, por ejemplo, se dediquen en exclusiva a las tareas del hogar este cálculo se realiza en base al salario mínimo interprofesional.
Esta indemnización subsana la disminución de ingresos de una persona que trabaja por cuenta ajena, ya que, si su nómina se reduce un tanto por ciento por la baja, la reclamación le permite percibir el 100%, pero es de especial interés para autónomos, puesto que al no poder realizar su labor pierden su principal fuente de ingresos.
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El perjuicio personal básico recoge el derecho a reclamar hasta 30 € diarios por las lesiones padecidas desde que tiene lugar el siniestro hasta que te recuperas de tus lesiones. El perjuicio personal particular, por su parte, atiende a la pérdida de calidad de vida al quedar limitada la autonomía personal. En este caso, la indemnización es de hasta 100€/día en función de la gravedad, pero no son acumulables a los 30€/día por perjuicio básico. En caso de intervención quirúrgica puedes reclamar entre 400 € y 1600 € por operación.
Cuando hayas sido tú el culpable del accidente, salvo que tengas contratada una póliza con cobertura de subsidio diario por hospitalización, no podrás ser indemnizado por la pérdida de ingresos habituales.
El daño emergente es otro tipo de daño patrimonial, y también puede ser objeto de indemnización. A diferencia del lucro cesante, el daño emergente se refiere a una pérdida real, como por ejemplo el gasto en medicamentos para un tratamiento de rehabilitación o la reparación de un vehículo. En contraste con el daño emergente, el lucro cesante se refiere a una pérdida potencial, y se tiene en cuenta todo lo que la persona afectada hubiera ganado con su actividad si no hubiera sufrido el accidente. Por ejemplo, los ingresos que no percibe mientras está en recuperación.
La compensación por lucro cesante también puede incluir a otros miembros de la familia si se puede demostrar su dependencia económica. Tienen derecho a reclamar compensación por lucro cesante: la víctima, el cónyuge, los hijos menores de edad, los hijos menores de 30 años que no tienen independencia económica, los ex cónyuges que actualmente reciben una pensión compensatoria y otras personas relacionadas con la víctima que dependen económicamente de ella.
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¿Cómo se reclama el lucro cesante?
Para solicitar una compensación por la pérdida de ingresos, es esencial contar con la asesoría de un abogado especializado en accidentes de tráfico. Esta reclamación se presenta junto con otras por daños personales y materiales. El plazo para iniciar este proceso es de un año. En casos de secuelas permanentes, este periodo puede extenderse, aunque siempre es aconsejable presentar la reclamación dentro del plazo establecido por la ley. La documentación requerida para la presentación varía según las circunstancias individuales de cada caso. Es necesario demostrar los elementos necesarios para la pérdida de ingresos, como la relación de causa y efecto entre el accidente y la diferencia financiera. También se debe proporcionar toda la información relevante para calcular la pérdida de ingresos, como los ingresos, las edades de los miembros de la familia, entre otros.
Si el responsable del accidente es el asegurado, el seguro obligatorio de responsabilidad civil no cubre los daños materiales. En esta situación, es necesario verificar lo que está especificado en la cobertura de daños propios, que solo se incluye en las pólizas de seguro a todo riesgo. Hay compañías de seguros que especifican las sillas para niños en sus pólizas, ya sea por daños o por robo. En estos casos, la compañía de seguros indemniza con una suma específica la reparación o reemplazo de la silla, lo que es un factor a considerar al contratar un seguro de automóvil si se viaja regularmente con niños. En otras compañías de seguros, esta cobertura puede ser contratada de forma opcional, es decir, pagando un recargo adicional.
Es el perjuicio económico que puedes sufrir a causa de un accidente y está relacionado con la pérdida o la disminución temporal de tus ingresos habituales.
Este perjuicio se puede indemnizar siguiendo el baremo de autos, que fija las cantidades para cada situación.
La indemnización que pagará la compañía de seguros del conductor culpable se calcula atendiendo a los ingresos del año anterior o haciendo a la media de lo percibido en los tres años anteriores, si es que esta cantidad es superior a la primera.
Esta indemnización es de especial interés para autónomos, puesto que al no poder realizar su labor pierden su principal fuente de ingresos, por lo que resulta más importante, si cabe, tener en cuenta esta posibilidad de reclamar por la pérdida de los ingresos recurrentes.
Salvo que tengas contratada una póliza con cobertura de subsidio diario por hospitalización, no podrás ser indemnizado por la pérdida de ingresos habituales. Esta cobertura es muy inusual en seguros de coche, pero si puedes permitírtelo y tu aseguradora lo ofrece, puedes incluirlo en tu póliza de seguros.
Fuentes
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