Si bien este apartado no tiene relación directa con el mundo de los seguros, unos consejos prácticos acerca de lo que hay que hacer en caso de accidente nunca están de más.
Saber qué hay que hacer en una situación tan delicada, donde puede incluso que la vida de personas esté en juego, es una tarea que todo el mundo debería conocer, ya que hoy puede ser otra persona, pero mañana puede que sea uno mismo quien sufra el accidente, y le gustaría recibir ayuda de forma eficaz.
A continuación se va a tratar, paso a paso, lo que se debe hacer en caso de siniestro. Para ello, se va a suponer un accidente de gravedad, donde existen personas heridas.
Los apartados que se van a tratar son:
Si circulando por carretera un conductor se encuentra con un accidente, la primera cuestión a plantearse es, sin duda, si es necesaria o no su presencia para ayudar. La Ley y la “conciencia” le obligan a ayudar a los demás en caso de accidente, es más, incluso está penado denegar el auxilio.
Ahora bien, es preciso saber si se debe o no parar en cualquier caso, y se pueden dar las siguientes situaciones:
Así pues, serán muy pocas las veces en las sea necesaria en un accidente la presencia o parada de otros conductores que pasen por allí.
Consejo: En muchas ocasiones, al ver un accidente, y aún sabiendo que no es precisa su asistencia ya que está ya presente la Autoridad, la curiosidad de las personas hace que quieran fijarse en detalles del mismo, y por tanto, se distraen de su cometido principal, que no es otro que seguir conduciendo. Esto es muy peligroso, ya que puede provocar otro accidente.
En el caso de que se decida que es necesario parar para ayudar en un accidente, la siguiente cuestión es cómo hacerlo.
La lógica dice que si hay que parar, en primer lugar debe saber que esa detención no puede constituir un riesgo para los accidentados, y sobre todo, no debe producir un nuevo accidente.
Hay que huir de las frenadas bruscas, las maniobras indebidas, la ausencia de señalización correcta, ya que ante todo, lo que se debe plantear como premisa es no empeorar más la situación.
Es preferible no parar, que hacerlo de tal manera que se pueda producir un nuevo accidente.
Así mismo, también es importante saber dónde hay que parar, es decir, el lugar físico debe ser un sitio que sin duda no constituya un peligro ni sea fuente de nuevos problemas. Hay que estacionar, por tanto, en un lugar seguro.
Dato de interés: La autoridad suele estacionar su vehículo antes del primer vehículo accidentado en el sentido de la circulación.
El motivo no es otro que evitar que algún conductor “despistado” pueda colisionar con el primer vehículo ya siniestrado, y agravar aún mas el accidente, puesto que en dicho vehículo puede haber personas heridas dentro, y personas alrededor asistiéndolas. En tal caso, el “despistado” colisionaría con el vehículo de la Autoridad.
Una vez que el vehículo está estacionado correctamente, la primera medida a tomar es comprobar si el accidente está o no bien señalizado, al objeto de que otros conductores no se sorprendan y puedan provocar un nuevo accidente.
Por ello, antes de auxiliar a los posibles heridos, por muy graves que se encuentren, o por más que soliciten ayuda, lo principal es evitar otro nuevo siniestro, y por ello, es preciso señalizarlo.
Hoy en día, con la obligación de llevar en el vehículo los triángulos de emergencia, dicha tarea de señalización es más fácil.
Una vez señalizado correctamente el accidente, la siguiente misión será la de intentar aminorar las consecuencias del accidente, o eliminarlas, si ello fuera posible.
Una de las primeras medidas a tomar será apagar y quitar la llave de contacto de todos los vehículos accidentados, así como todos los dispositivos eléctricos del coche como las luces al objeto de evitar posibles incendios, etc.
Será preciso inmovilizar los vehículos, para que no se puedan desplazar y provocar situaciones de riesgo.
Si algún vehículo está incendiado, hay que intentar sofocarlo, y así sucesivamente con todas aquellas circunstancias que se observen como peligrosas y que puedan agravar el accidente.
Como siempre, el lema es el de evitar más heridos de los que ya pudiera haber.
Considerando que todas las medidas de precaución han sido ya tomadas para evitar que el accidente se agrave, la siguiente cuestión es analizar el estado de los posibles heridos.
Si no existe ningún herido, la cuestión consistirá, simplemente, en avisar a la Guardia Civil de Tráfico, o bien a la Policía Local, en función de si el accidente se produce en carretera o en población, respectivamente.
Ahora bien, si se presume que se han producido heridos, entonces, la metodología a seguir será la de evaluar su gravedad. Si todos los heridos están conscientes, y además el lugar donde se hallan (vehículo, calzada, etc.) no reviste peligro, entonces, la principal medida será, ante todo, no moverlos ni darles de comer o beber. Lo mejor que se puede hacer por ellos es:
La cuestión se complica en el caso en que hay heridos, y éstos están situados en una zona de extremo peligro, es decir, por ejemplo, en un vehículo que se está incendiando. En tal caso, la primera cuestión será evitar ese peligro a toda costa antes de mover al herido: en el ejemplo citado, habrá que apagar el incendio. Es evidente que si no es posible evitar el riesgo, antes es la vida de una persona, y por tanto, habrá que mover al herido hasta una zona segura. En tal caso, la actuación será:
Ahora bien, aún mas crítica es la situación en el caso de encontrar a un herido que está inconsciente. En tal caso, la medida a tomar es la de llamar inmediatamente a los servicios médicos, al objeto de que envíen personal cualificado y Ambulancia, indicando tal hecho.
Debe destacarse que la situación mas crítica que puede darse es el caso de que la persona inconsciente no respire, entonces es que se ha producido una parada respiratoria, y puede incluso que sea una parada cardio-respiratoria (corazón y pulmones). Esto no significa que dicha persona haya fallecido, pero si que está en una situación de extrema gravedad.
No se van a describir las técnicas de rehabilitación cardio-respiratorias, ya que no es una cuestión de teoría, sino de su aprendizaje con “muñecos” destinados a ello. Es decir, que ante esta situación, la mejor medida siempre será avisar inmediatamente al servicio médico.
Consejo: Mover a un herido de la situación que se está describiendo sólo lo deben hacer personas especialistas o bien en casos de extrema necesidad, ya que, aunque sea involuntariamente, se puede provocar lesiones irreversibles y de gravedad, como por ejemplo, una paraplejia.
Hasta ahora, ponerse en contacto con las fuerzas de seguridad, bomberos, ambulancias, etc., suponía para el usuario un esfuerzo añadido, es decir, que debía saberse cada número.
Por ejemplo, las ambulancias, con más o menos fortuna, pueden ser localizadas llamando al 061, o al 088 si se llama a las que poseen los bomberos, o bien, llamar a la Policía Local sería el 092, etc.
Y aún se produce más confusión si se realiza la llamada con un teléfono móvil, ya que será preciso marcar el prefijo de la provincia en cuestión.
Esto provocaba confusiones y retrasos, por lo que en el seno de la Unión Europea se adoptaron las medidas precisas de unificación de TODOS los servicios de emergencia en un único número telefónico.
Dicho número es el 112 y posee las siguiente cualidades:
No hay que marcar prefijos nacionales ni internacionales, solo el 112
Cualquier teléfono, incluso si está bloqueado o no dispone de crédito está operativo para llamar al 112.
Es gratuito
Disponible 24 horas al día, 365 días al año.
Es válido para toda Europa
En él están centralizadas todas las emergencias, es decir, que una simple llamada servirá para avisar, al mismo tiempo, a Guardia Civil, Bomberos, Ambulancia, etc., etc.
Por ello, no hay que dudar en utilizarlo en caso necesario.
Recuerde: 112
Las recomendaciones dadas aquí para los casos de ayuda a heridos en caso de accidente están orientadas a los supuestos de más necesidad. Es muy importante seguir dos pautas claves: no agravar el riesgo y, en caso de no ser necesario, no hacer nada. Muchas veces es más deseable buscar rápidamente ayuda especializada, que iniciar alguna acción más o menos dudosa de resultados desconocidos, o, incluso, nefastos.
Nunca está de mas realizar algún cursillo de técnicas de reanimación que periódicamente imparten, gratuitamente, los organismos oficiales. Puede ser de utilidad en caso de accidente de circulación, además de en otros ámbitos de la vida.
Y, repetimos, ante un accidente, lo más importante es no agravar el riesgo, y luego, si se puede, ayudar.
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