La irrupción de animales en nuestras carreteras provoca cerca miles de colisiones al año -de las cuales más de medio centenar causan víctimas mortales-, según una información recogida por la Dirección General de Tráfico (DGT). En los últimos años, se ha producido un aumento del 40%, según un estudio de Ponle Freno-Axa. La mayoría de estos siniestros se suelen producir en carreteras convencionales, principalmente durante la primavera y el otoño. El jabalí es el animal que más accidentes provoca y, en menor medida, el corzo, el ciervo y el zorro. La Ley respecto a este tipo de accidentes ha cambiado en los últimos años.
Antes de mayo de 2014, la culpabilidad de este tipo de accidentes era imputable al titular del coto de caza si se determinaba que el accidente era consecuencia de la falta de cuidado en la conservación del terreno acotado o al titular de la vía pública si no existía la debida señalización de peligro en la vía. Sólo en el caso de que en el momento del accidente el conductor incumpliera las normas de circulación, la responsabilidad se le podía atribuir a él.
Con la entrada en vigor de la Ley 6/2014, de 7 de abril, que modifica el texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de vehículos a Motor y Seguridad vial, en la actualidad la culpa recae casi en exclusiva sobre el conductor, por más que este haya respetado las normas de circulación. Se ha eliminado así la responsabilidad por falta de diligencia en la conservación del terreno acotado. Únicamente la culpa recaería sobre el titular del coto cuando el siniestro es consecuencia de una cacería colectiva que haya tenido lugar el mismo día o, como mucho, que haya concluido 12 horas antes del accidente. El titular de la vía pública donde se produce el accidente también se considera responsable, si el atropello se ha ocasionado por no haber reparado la valla de cerramiento en plazo o por no haber puesto la señalización de animales sueltos en tramos de alta siniestralidad. De esta manera, el conductor en lugar de ser la víctima del accidente pasa a ser el responsable, teniendo que responder de los daños que se hayan producido. Eso sí, no se le puede reclamar el valor del animal.
Fuente: Ley 6/2014, de 7 de abril
Al hilo de esta reforma, algunas aseguradoras de coches han ampliado sus pólizas a terceros con la cobertura de daños por colisión con especies cinegéticas, que indemniza al asegurado aunque no tenga contratada la garantía de daños propios. Como en cualquier otro accidente con responsabilidad, los daños personales quedan cubiertos por el seguro de conductor. En nuestro comparador de seguros online puedes encontrar productos a terceros con cobertura de daños por colisión con especies cinegéticas, por lo que, si circulas asiduamente por carreteras ubicadas cerca de áreas donde se practica la caza mayor, te recomendamos que lo incluyas en tu póliza. Maniobras arriesgadas y colisiones severas son a menudo el desenlace de este tipo de siniestros, donde lamentablemente no sólo hay que contabilizar daños a los vehículos, sino que a menudo también hay que lamentar la pérdida de vidas humanas.
¿Qué animales son los que causan más accidentes?
Cerca del 80% de los accidentes de este tipo ocurren en carreteras convencionales. Las estaciones del año con mayor incidencia son el otoño y la primavera. Cada tipo de animal representa un riesgo. Las aves reducen la visibilidad, lo que puede provocar colisiones con el parabrisas. Los anfibios disminuyen la adherencia de los neumáticos si se pasa por encima de ellos. Por otro lado, los animales de gran tamaño pueden causar accidentes graves al chocar contra el vehículo o al intentar esquivarlos. Galicia, Castilla y León, Aragón y Cataluña son las regiones con mayor cantidad de accidentes causados por animales. De estos choques, un 6% resulta en lesiones para el conductor y los pasajeros del vehículo. La mitad de los conductores ha experimentado alguna vez una situación de riesgo debido a un animal. Y no solo se trata de animales salvajes, ya que casi el 38% de los animales involucrados en accidentes son domésticos. Los jabalíes y los perros son los animales más frecuentes en este tipo de siniestros, mientras que especies menos comunes incluyen zorros, lobos o ciervos.
Para evitar un accidente con una especie cinegética es importante reducir la velocidad en zonas cercanas a cotos de caza y bosques, prestar atención a la señalización y conducir tratando de abarcar con la visión el mayor espacio posible. Al ver un animal, es útil poner las luces de cruce y tocar la bocina. Hay que esquivar al animal, evitando dar volantazos. Y hay que tener en cuenta también que muchas especies viajan en manadas. En caso de accidente hay que sujetar bien el volante, tratando de continuar recto y frenar a fondo si nuestra velocidad es inferior a 90km por hora o hacerlo de forma progresiva si se circula a mayor velocidad. Tras detenerse, conviene señalizar el lugar del accidente y llamar al 112 y Seprona (062), el cuerpo especializado de la Guardia Civil.
La mayoría de estos siniestros se suelen producir en carreteras convencionales, principalmente durante la primavera y el otoño.
Tras un cambio en la Ley, efectuado en 2014, casi siempre se considera culpable al conductor.
Sí, y se culpa al dueño del coto de caza, si se produce durante una cacería o tras ella, o a la Administración, por mal mantenimiento de luna valla en la vía pública o no haber puesto una señalización adecuada.
algunas aseguradoras de coches han ampliado sus pólizas a terceros con la cobertura de daños por colisión con especies cinegéticas, que indemniza al asegurado aunque no tenga contratada la garantía de daños propios. Como en cualquier otro accidente con responsabilidad, los daños personales quedan cubiertos por el seguro de conductor.
Galicia, Castilla y León, Aragón y Cataluña son las regiones con más accidentes causados por animales. De estas colisiones, el 6% provocan lesiones a los ocupantes del vehículo.
Fuentes
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