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Una historia corriente de una familia corriente de cualquier lugar corriente…
Juan y José son hermanos gemelos. Ya están casados, con hijos, y regentan el negocio familiar que puso en marcha su padre años atrás. Al salir del trabajo suelen quedar con los amigos del pueblo para tomar una cerveza, y como muchas familias, los domingos quedan todos en la casa del padre a la hora de comer. Comparten la pasión del fútbol, e incluso suelen ir de vacaciones juntos en verano, mas aún, tienen el mismo coche porque se lo compraron a su amigo, y fueron a la misma autoescuela (la única que hay en el pueblo)…
Juan se quedó a vivir en Valderrobres (Teruel), de donde es oriunda toda la familia, y José (el amor es lo que tiene…) tiene su casa en Ames (Castellón), a escasos 10 km.
Pero José sabe que cada año, el seguro de su coche es mas caro que el de Juan, y no sabe muy bien porqué, pero es mas caro.
Y ahora… la misma historia, pero ”traducida” al mundo asegurador corriente, de una aseguradora corriente de cualquier país corriente…
Juan y José (mismo sexo) son hermanos gemelos (misma fecha de nacimiento). Ya están casados (misma condición civil), con hijos, y regentan el negocio familiar que puso en marcha su padre años atrás (misma profesión). Al salir del trabajo suelen quedar con los amigos del pueblo para tomar una cerveza, y como muchas familias, los domingos quedan todos en la casa del padre a la hora de comer. Comparten la pasión del fútbol, e incluso suelen ir de vacaciones juntos en verano (mismo uso del vehículo), mas aún, tienen el mismo coche porque se lo compraron a su amigo (mismo riesgo a asegurar), y fueron a la misma autoescuela (la única que hay en el pueblo) (misma fecha de carné de conducir)…
Juan se quedó a vivir en Valderrobres (código postal 44XXX), de donde es oriunda toda la familia, y José (el amor es lo que tiene…) tiene su casa en Ames (código postal 15XXX), a escasos 10 km.
Para el mundo asegurador corriente, de cualquier país corriente, José tiene mas riesgo de sufrir un accidente que Juan, porque su código postal es diferente.
¿y cuánto mas debería pagar José que Juan?. Según una prueba en el comparador de seguros, utilizando los mismos datos en todo el proceso y solo cambiando el código postal (44580 frente a 15864), tenemos que la prima mas baja por cada tipo de póliza es:
Tipo de póliza | TERUEL (prima mas baja) | TERUEL (prima mas baja) |
---|---|---|
Todo riesgo | 455 € | 684 € |
Todo riesgo con franquicia | 284 € | 411 € |
Terceros +lunas +robo +incendio | 240 € | 336 € |
Terceros + lunas | 212 € | 223 € |
Terceros | 169 € | 169 € |
El sistema que utilizan las aseguradoras a día de hoy para calcular las tarifas de seguros es ”del siglo pasado”. Es un buen sistema, muy bueno, porque se utilizan todos los datos que tienen a su alcance para establecer el sistema tarifario mas justo. Y son muchos datos, de muchos asegurados, durante muchos años, que les permite ajustar las tarifas al máximo para cada caso concreto.
Las compañías tienen datos para saber que un hombre tiene mas riesgo que una mujer, que tener menos edad es un agravante que genera mas siniestros y mas graves, que la falta de experiencia es peor que con muchos años al volante, que conducir 20.000 km al año no es lo mismo que conducir 50.000 km porque se está mas expuesto, que… Hay mas de 20 variables diferentes para establecer una tarifa del coche.
Es mas, incluso para hacer una tarifa ajustada a cada persona, se inventó el sistema de bonificación, de tal manera que dos personas en igual de condiciones, su precio podría variar en función de su historial de siniestralidad.
Y se mejoró tanto que las compañías comparten un fichero común de siniestralidad llamado SINCO.
Ahora bien… en el siglo XXI, será un sistema corriente, para un sector corriente.
El sector asegurador deberá evolucionar también en este sentido, tanto como la tecnología se lo pueda permitir. Y a día de hoy ya se lo permite. Se debe evolucionar a la ”tarifa a la carta”.
Se debe pasar del concepto de ”estadística general” a ”estadística personal”, por decirlo de alguna manera, se pasaría de un sistema ”frío” donde la persona particular no cuenta, a uno ”caliente” donde el protagonista es cada persona.
En la ”estadística general” se tiene en cuenta el comportamiento de miles de asegurados para establecer una tarifa particular de un conductor concreto, de tal manera que con los datos de muchos se confecciona el precio de una persona.
Utilizando un sistema de ”estadística personal” se tendría que dar la situación que Juan y José pagaran lo mismo, si su comportamiento al volante es el mismo.
Cada persona tiene su factor de riesgo, independientemente del resto de asegurados. Y su comportamiento al volante determina el valor de su seguro.
Ya hay proyectos en marcha para hacer las ”tarifas a la carta”. En varios países, y con distintos formatos. En España ha sido Mapfre la que ha empezado en una prueba piloto, en lo que se conoce como Generación Y. No será el único, ya que hay otros proyectos en diferentes fases de avance.
Conseguir hacer funcionar un nuevo sistema de tarifas orientado a la ”tarifa a la carta” es un enorme reto porque:
Bajo estas tres premisas, si se quiere avanzar, es preciso tener claro varios aspectos. De no hacerlo, es un sistema que ya nace casi muerto desde su inicio.
Actualmente se está haciendo de manera ”independiente”, cada uno por su cuenta.
Y hacerlo de manera independiente es un error, por dos motivos:
Y un sistema de ”tarifas a la carta” necesita y exige que se haga de forma mancomunada, en el que participen, cuantas mas aseguradoras, mejor.
En este sentido, UNESPA podría ser un punto de encuentro donde aglutinar esfuerzos.
Actualmente el sistema de tarifas es común, es decir, todas las aseguradoras utilizan casi los mismos parámetros para calcular las tarifas. Edad, carné de conducir, vehículo, km’s al año, garaje, residencia, bonificación, etc…
Del análisis y desarrollo del nuevo sistema SEGURO que acaban apareciendo parámetros comunes de la conducta de un conductor que permitan hacer tarifas (forma de acelerar, velocidad, trayectos utilizados, tipos de vías, días y horas que se conduce…). Luego será cada compañía la que establezca la tarifa base a cada parámetro.
Un sistema de ”tarifas a la carta” requiere, ineludiblemente, un sistema común, donde exista uniformidad.
Si no hay uniformidad en los equipos instalados en los vehículos, se necesitaría que por cada aseguradora hay que instalara un equipo diferente, no es viable. La inversión no es viable.
Si no hay uniformidad en recepción y tratamiento de la información, se necesitaría un sistema diferente por cada aseguradora, y la inversión tampoco sería viable.
Pero sobre todo, si dicha información no se ”vuelca” en una base de datos común, no valdría de nada, ya que es imprescindible que la información de la conducta del conductor se comparta entre todas las aseguradoras, y vendría a ser lo que hoy es SINCO, es decir, que cada aseguradora pudiera acceder al historial del asegurado para ofrecerle su propia tarifa.
Si la información no se puede compartir, la ”tarifa a la carta” no se podría poner en marcha de forma definitiva como modelo de futuro.
De nuevo, UNESPA podría ser un punto de encuentro donde aglutinar esfuerzos.
Uno de los principales problemas del sistema de ”tarifas a la carta” es que exige controlar la forma de conducir del usuario.
Se puede hacer de dos formas:
Hacerlo mediante ”decreto” es la manera mas sencilla. Las aseguradoras y el Estado tienen intereses comunes. Por un lado las aseguradoras querrían tener un sistema que mida el comportamiento del conductor para hacer tarifas a la carta. Y por otro lado el Estado también querría tener este sistema para denunciar conductas delictivas frente al volante. Hacerlo así sería un error, porque una vez mas la sociedad percibiría al sector asegurador como ”el enemigo”.
En este sentido, ES EL MOMENTO, para que los usuarios pasen de ”desconfiar” del sector asegurador a ser un aliado.
¿y cómo hacerlo?. Ofreciendo un ”servicio”. El seguro debe ser ”algo mas” que simplemente asegurar un riesgo.
Por ejemplo… los conductores necesitan que el sistema garantizase la privacidad de cada asegurado, sin juzgarles mas allá de lo que es estrictamente necesario para tener una tarifa en función de su forma de conducir, y al mismo tiempo, ofrecer servicios que a día de hoy no tenemos, o bien, hay que pagarlos a otros proveedores y son mas caros, y que son buenos para nuestras vidas. Por ejemplo:
Seguramente todos estos servicios no sean suficientes, y habrá que inventar mas, muchos mas, tantos como haga falta para que los usuarios vean la utilidad, EL SERVICIO, y perciban que que tenerlo es mejor que no tenerlo.
Si la venta del sistema se hace solamente sobre la base de obtener una ”tarifa a la carta”, no todos lo aceptaremos, porque para muchos es preferible pagar un poco mas y tener la libertad de no estar controlados. ”Ir a 200 cuando me de la gana”, o que no me controlen donde he estado (porque no me interesa que lo sepa nadie).
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