En Mayo de 2006, la aseguradora con mas cuota de mercado en España decidió dar un paso importante en su organización. Mapfre pasaba de ser una Mutua a convertirse en una Sociedad Anónima. Tras un proceso muy rápido de conversión, desde Enero de 2007 ya operaba como Sociedad Anónima. Desde entonces, todas las Mutuas se han planteado, en el seno de su organización, qué hacer al respecto. Unos han anunciado que NO pasarán, otros que lo pensarán, otros que diciendo NO lo hacen ”con la boca pequeña”… y ya veremos. Cada Mutua tiene su propia historia, necesidades y limitaciones.
Pero… ¿qué es y como nacieron las Mutuas de Seguros?
Corría el año 1924. En pleno auge de una nueva industria (la de la transformación) se hizo necesario el uso de nuevos medios de transporte. Nació el camión.
Los transportistas debían afrontar uno de sus principales problemas: los accidentes. Estaban desamparados, porque en aquella época no existían aseguradoras. Las bajas provocaban penurias a sus familias, y se vieron obligados a unirse en una especie de ”asociados”, donde todos pagaban un cuota, y se cubrían las necesidades de unos pocos si tenían un percance. Nació lo que hoy conocemos como FIATC (Federació Industrial de I’Autotransporte de Catalunya). En el año 1930 eran 700 ”asociados”, y en 1933 ya eran 2.000.
Corría el año 1932 cuando nació la Mutua Madrileña del Taxi, cuya pretensión era la misma que la que podía tener FIATC, pero enfocada a los taxistas madrileños. Hoy la conocemos como Mutua MMT.
Un año mas tarde, y con una vida ”paralela” en sus orígenes a MMT tuvo su origen la Mutua de Automóviles de Alquiler de Madrid. El 1 de Abril de 1.933 un grupo de industriales que dedicaban sus vehículos al servicio público (taxis) se reunieron para crear una mutua con el objetivo de salvaguardar sus intereses, y el 7 de Abril aprobaban sus estatutos. ¿Saben quién es hoy dicha Mutua?: Seguros Pelayo.
En el año 1933 se creó Mutua de Propietarios de Fincas Rústicas Españolas. La misma pretensión, pero destinado a los agricultores. ¿alguien podría decir que es lo que hoy conocemos como MAPFRE?.
Lo que se conoce hoy como Mutua Tinerfeña se creó en 1933, y su nombre original era Unión Mutua Patronal, y cubría los accidentes de trabajo en las Islas Canarias. Mutua Madrileña, se creó en 1930, siendo su objeto los seguros de automóviles, los seguros de vida y accidentes de sus ocupantes. Mutua General de Seguros de funda en 1907, para la práctica de accidentes de trabajo.
Son solo varios ejemplos de como nacieron las Mutuas de Seguros. Eran épocas difíciles, donde ni el Estado ni la empresa privada atendía las necesidades de determinados colectivos concretos, con problemas concretos. A lo largo y ancho de toda España proliferaron las Mutuas, ante la necesidad de cubrirse ”las espaldas” de determinadas personas con un mismo riesgo o problema.
Existía un verdadero ”movimiento mutualista”, donde los ”asociados” sentían como propia la entidad, como algo suyo, formaban parte del gobierno corporativo, y asistían a las asambleas de forma activa.
Por definición, su creación tenía fines sin ánimo de lucro, donde todos sus ”asociados” pagan una cuota con el objetivo de que solo aquellos que hubieran tenido un percance se les ayudase. Y tenían presente y eran conscientes que en el caso de tener que hacer frente a mas gastos en un mismo año era necesario aportar ”derramas”, y así mismo, si sobraban excedentes, existía la posibilidad de cobrar el exceso.
Ese es el concepto, la ”filosofía” de las Mutuas.
Imagínense por un momento que un mutualista de los años 1930 hubiera estado ”hibernando cual oso polar” durante todos estos años, y despertara hoy. Se haría las siguientes preguntas:
LA EMPRESA
Hoy en día, las cosas han cambiado tanto, y para bien, que la ”filosofía” originaria de lo que tenía que ser una Mutua ya no se aplica.
Desde hace ya muchos, muchos años, ya no se crean Mutuas. Por ejemplo, si miramos el ramo de automóviles en el último año, se han creado Balumba, SegurCaixa o ClickSeguros, ninguna de ellas tiene la forma jurídica de mutua, son Sociedades Anónimas.
Desde el punto de vista asegurador, existe en el mercado tanta y variada oferta privada que ya no es necesario ”unir” las voluntades de unos pocos para resolver sus problemas. En la década de los años 30 no existían las iniciativas que asegurasen los riesgos de los taxistas, o agricultores, o… Hoy si.
Y si miramos al seguro del automóvil, en el peor de los casos tenemos al ”papá Estado” que siempre nos puede acoger a través del Consorcio de Compensación de Seguros.
Nota: Como excepción a toda esta regla encontramos la última iniciativa a nivel de Mutua de Seguros que se está llevando a cabo en España: La Mutua Motera, donde sus asociados (y van mas de 15.000) están uniendo sus fuerzas para poder solucionar un problema que han tenido durante muchos años, el seguro de la moto. Aunque esta iniciativa puede dejar se ser una necesidad, ya que la asociación se constituyó en una época de verdaderas dificultades para asegurar la moto, y por lo que se está viendo en el último año, muchas compañías se están lanzando a este sector de forma abierta.
EL MUTUALISTA
Desde el punto de vista del asegurado, hoy en día no se tiene ni la percepción ni la necesidad de crear una mutua de seguros.
Los usuarios cuando nos dirigimos a una aseguradora lo hacemos pensando en que es eso, una aseguradora. En la gran mayoría de los casos no tenemos la percepción de estar asegurado en una Sociedad Anónima o en una Mutua creada sin ánimo de lucro, en la que vamos a formar parte de un colectivo que une sus intereses. Simplemente, pedimos precio, analizamos coberturas (en el mejor de los casos), y si nos convence, contratamos.
Así mismo, cuando damos de baja nuestro seguro, no tenemos en consideración que perdemos el ”estatus” de mutualista, ni preguntamos si hay que abonar alguna ”derrama”, o reclamar si existen excedentes ¿cuántas personas han solicitado que le devuelvan su parte en el fondo mutual cuando se dan de baja?. Simplemente, nos damos de baja.
Por poner unos ejemplos comparativos: los usuarios tenemos la percepción de Mutua General de Seguros es una aseguradora, y que Liberty también es otra aseguradora, que ninguna de las dos nos van a pedir una ”derrama” si faltan excedentes, y menos aún, esperamos que nos den dinero si sobra.
El asegurado en Mutua Madrileña no tiene la percepción de que sacará un beneficio porque el edificio mas alto de España lo está construyendo su aseguradora en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, o que tiene millones en acciones del Banco Santander. Simplemente, hará el seguro, o no lo hará, mas allá de lo que haga la aseguradora a nivel corporativo.
LA MUTUALIDAD
El sentimiento de ”mutualidad” ha ido desapareciendo. En la gran mayoría de los casos, los gestores que dirigen las Mutuas no tratan de forma diferente a los mutualistas de lo que lo harían si fuera una Sociedad Anónima.
Por ejemplo, cuando se dice que se está ”regalando” una cobertura a los mutualistas, no es mas que un gancho comercial mas, ya que la gestión de la empresa se hace de forma integral, y si el margen técnico no sale lo que el dirigente espera, lo que se hace es subir el precio del seguro para compensar la ”gratuidad”.
Así mismo, basta con mirar el número de asistentes que acuden a la Junta General de cada año en cada Mutua para ver en realidad cuál es el sentimiento de ”asociado” que tienen sus asegurados.
Seguramente la mayoría de los asistentes son personas mayores que vieron nacer en su día la Mutua, y compartieron los problemas en su inicio. Si los propios ”dueños” de la empresa no acuden a la Junta mas importante de su entidad, es que tienen pocas inquietudes sobre su marcha.
Es como el que compra unas acciones de un gran banco, le da igual que ese banco vaya bien o mal, lo único que le interesa es su interés propio, es decir, que la acción se revalorice y le deje buenos dividendos.
La filosofía de las Mutuas hace ya mucho tiempo que desapareció. Los usuarios no tenemos los sentimientos de ”asociación” cuando contratamos el seguro con una Mutua.
En la situación actual, las Mutuas deberían saber qué es lo que desean hacer en el futuro, y anticiparse a los acontecimientos.
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