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Es obligatorio contratar un seguro de coche, pero siempre podemos escoger el tipo que nos conviene. Puede ser a todo riesgo o a terceros, por ejemplo. Pero no se puede circular sin un seguro. En caso de siniestro estaremos cubiertos. El seguro, además, puede ofrecernos la reparación de nuestro coche en un taller concertado, lo que puede ser también una tranquilidad adicional.
Los talleres concertados trabajan con las compañías de seguros. Forman parte de una red de centros con los que trabaja la aseguradora para proporcionar un servicio completo y con garantías a sus clientes. Pero trabajan con la compañía en determinadas condiciones. Lo habitual es que cada aseguradora disponga de su propia red de talleres concertados y es uno de los elementos que más interesan a los clientes.
Pero, ¿están los asegurados obligados a acudir a los talleres concertados de su compañía? La respuesta es no, aunque es recomendable, porque su servicio está garantizado. Pero, los clientes pueden escoger el taller que más les convenga. Es muy posible que tengan un taller de confianza desde hace años. Por otro lado, es importante que la existencia de una red de talleres concertados conste en el contrato, porque de esta forma se evitarán diferencias en caso de valorar los daños provocados por un accidente.
El proceso de reparación con un taller concertado se inicia cuando el cliente da un parte. El taller se hará cargo del vehículo desde el primer momento, cuando lo recepciona, hasta cuando lo devuelve al cliente en perfectas condiciones. Habitualmente estos talleres funcionan de forma muy profesional, ofreciendo las tecnologías más avanzadas y la mejor experiencia técnica. El primer paso, cuando reciben un coche, es evaluar los daños. El diagnóstico preciso identifica los daños más visibles y los menos, que, en ocasiones, pueden ser más importantes. La evaluación es importante para establecer cuáles son las reparaciones necesarias y se lo comunican a la aseguradora. El taller le presentará un informe detallado con los daños y las reparaciones propuestas.
La coordinación con la compañía es esencial y, en el caso de los talleres concertados, es total. La aseguradora responderá al taller enviando la autorización necesaria para realizar las reparaciones. El taller emprenderá los arreglos necesarios y sustituirá las piezas dañadas. Cuando el proceso de reparación se ha cumplido, el propio taller inspecciona la calidad de la intervención. Los talleres deben cumplir las expectativas de los clientes y de la aseguradora con la que trabajan. Uno de los elementos más importantes es que el cliente recupere su vehículo en el menor tiempo posible. El taller también debe explicarle las reparaciones y sustituciones que se han hecho con toda transparencia.
Como vemos, los talleres concertados son una buena elección, puesto que trabajan coordinadamente con la compañía de seguros. Sin embargo, el cliente siempre tiene la opción de la libre elección de taller tras un siniestro. Pero, no hay que olvidar que la libre elección implica un proceso de gestión más complicado, porque es el cliente el que debe coordinar la labor del taller y la comunicación con la aseguradora. Le otorga autonomía, pero puede dilatar en el tiempo todo el proceso.
La coordinación entre el taller concertado y la aseguradora ofrece muchas ventajas. Para las compañías, supone un mayor control sobre los costes, una gestión eficiente de los recursos y una supervisión detallada de la calidad del proceso. La atención en un taller concertado es mucho más rápida y existe una mayor comunicación con la aseguradora. Además, los talleres concertados deben cumplir ciertos niveles de calidad fijados por la compañía de seguros, lo que proporciona una mayor seguridad al cliente.
La labor de los talleres concertados no se ciñe solo a las reparaciones. Muchos ofrecen otro tipo de servicios, algo que, a menudo, desconocen los clientes. Entre estos servicios figuran, por ejemplo, la limpieza del vehículo y su cuidado o la gestión de los trámites administrativos que tienen que ver con un siniestro. También ofrecen la posibilidad de acceder a servicios preferentes, como descuentos o asesoramiento especializado, lo que refuerza la relación entre el cliente y el taller. Algunos ofrecen la recogida y el depósito del vehículo y coche de sustitución.
La compañía de seguros y el taller concertado deben valorar los daños cuando se produce un siniestro. Además, evalúan el tiempo que tardará la reparación. Entonces, ambas llegan a un acuerdo sobre el precio y la aseguradora pagará la factura del taller. Sin embargo, si no llegan a un acuerdo, será el cliente el que pague los gastos. Después, tendrá que reclamar el gasto a la aseguradora. Esto es así, aunque el responsable del accidente haya sido el conductor contrario. La aseguradora es siempre la que se encarga de la reparación, por los convenios de colaboración que existen entre compañías. De esta forma, el proceso de reparación y puesta a punto también se hace más ágil. Después, es nuestra aseguradora la que reclama la factura a la aseguradora del contrario. Acudir a un taller concertado siempre ofrece la garantía de que aseguradora y empresa reparadora estarán de acuerdo.
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El acuerdo con un taller por parte de una aseguradora también permite a éste ofrecer unos precios más competitivos al cliente, gracias a los acuerdos de colaboración que han alcanzado. Las compañías no suelen obligar a utilizar sus talleres, aunque puede que en las pólizas figure lo contrario. Por eso es importante dejar claro, antes de suscribir el seguro, sí estás o no obligado a utilizar un taller u otro. Sin embargo, como hemos visto, un taller concertado agiliza todo el proceso de reparación.
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Un taller concertado es un establecimiento que trabaja de forma coordinada con una compañía de seguros. Normalmente las aseguradoras disponen de una amplia red de talleres concertados que ofrecen a sus clientes. Normalmente no es obligatorio acudir a un taller concertado, pero puede que el proceso de reparación sea mucho más rápido que en uno de libre elección.
El taller se hace cargo del coche siniestrado desde el primer momento y realiza un informe detallado de los arreglos que necesita el vehículo y de las piezas que hay que sustituir. Una vez recibido este informe, la aseguradora dará su visto bueno y comenzará la reparación. Después se hará cargo de la factura.
El taller concertado puede ofrecer un servicio de “puerta a puerta”, esto es, recoger el coche en un punto que sea cómodo para el cliente y devolverlo en el mismo. También puede ofrecer un coche de sustitución.
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