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Siempre que obtengas una ganancia de una venta, debes declararla a Hacienda. Lo mismo ocurre si al vender tu coche, ganas dinero. El problema es que, salvo que sea una pieza de colección o un coche antiguo que se haya revalorizado, es poco frecuente que ganes más dinero que el que invertiste en su compra. El que debe declarar la adquisición es el comprador, por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
No, no debes hacerlo, a menos que obtengas más dinero del que pagaste por él, algo que es muy raro que ocurra. Tienes que declarar una venta solo si obtienes una ganancia patrimonial.
Habitualmente los precios de los coches de segunda mano son inferiores a los precios que pagamos por ellos nuevos, salvo excepciones que pueden darse en el caso de que el vehículo se haya revalorizado por ser una pieza de colección o histórica. En la mayoría de los casos no es así, por lo que para Hacienda supone una pérdida de tu patrimonio.
Cuando vayas a vender tu coche, debes preocuparte de que tienes todos los papeles en regla: que no tienes multas impagadas y que has pagado el impuesto de circulación correspondiente.
El que sí debe pagar un impuesto es el comprador: el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), cuyo importe es de entre el 4% y el 8% del valor real del vehículo, es decir, de lo que pagó por él. El porcentaje varía según las comunidades autónomas y, por supuesto, no hay que pagar IVA.
Al comprador debes entregarle la tarjeta de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y el permiso de circulación del coche, aunque, entre particulares, no es obligatoria la tarjeta de la ITV.
Además, debes formalizar un contrato de compra-venta, aunque vendas el coche a un conocido o un familiar. En él, se deben especificar los datos de comprador y vendedor, las condiciones de la compra-venta y la fecha del acuerdo. Una vez establecido este contrato, debes acudir a la jefatura de tráfico más próxima para comunicar el cambio de titularidad del vehículo. Para ello necesitarás los DNI, el contrato, los papeles del coche y tener el resguardo del impuesto de circulación al día.
Puedes negociar con el comprador de tu coche si le interesa continuar con la póliza de seguros, de manera que se la transfieras. También puedes quedártela y, si vas a comprar otro vehículo, podrás utilizar la parte de la prima no consumida para el nuevo seguro.
Si le interesa al comprador, igualmente tendrá que llamar a la compañía para preguntar si aceptan continuar con la póliza hasta finalizar el contrato. Lógicamente, es importante cambiar la figura del propietario y del conductor asegurado para evitar sorpresas. No sería necesario cambiar la figura del tomador si la aseguradora lo acepta, aunque es importante cancelar la renovación de la póliza para que no vuelvan a pasar el recibo.
No, son cosas totalmente diferentes. Declarar a Hacienda implica incluirlo en nuestra declaración de IRPF. Notificar una compra-venta es darle a conocer a la Dirección General de Tráfico (DGT) que hemos vendido un vehículo a otra persona. Esta notificación debe hacerla el vendedor del vehículo, en un plazo de 10 días, antes de que el comprador haga el cambio de titularidad, tras firmar el contrato, aunque no es obligatorio.
Pero, a veces, el comprador tarda demasiado tiempo en hacer ese cambio, lo que es perjudicial para el vendedor, en caso de multas, porque sigue figurando como titular. La notificación de la venta a la DGT sirve precisamente para protegerte frente a esto, pues queda por escrito que el coche ya no es tuyo.
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Las personas que ganan un salario o que estén jubiladas no están obligadas a declarar la compra de un coche o una moto nuevos, porque al comprarlos ya han pagado los correspondientes impuestos: el 21% de IVA y el impuesto de matriculación.
Por su parte, los trabajadores autónomos y las personas discapacitadas se desgravan una parte de la inversión que ha supuesto para ellos la compra de un vehículo. Las personas con discapacidad (o los familiares que lo tienen a su cargo) se pueden deducir el 50% del IVA de la compra.
Sin embargo, no hay desgravación de ningún tipo en el caso de los coches usados o de kilómetro cero que ya están matriculados. Los autónomos pueden acceder a la devolución del 50% del IVA, si los vehículos son necesarios para su trabajo. También desgrava el “renting”. Los taxistas y los conductores profesionales o los profesores de autoescuela, pueden desgravar el 100% del IVA de la compra, siempre que sean autónomos y el vehículo esté a su nombre.
Si trabajas en una empresa y utilizas uno de sus coches para trabajar, la misma empresa se puede desgravar un porcentaje del coste del vehículo, incluidos los impuestos. Pero si utilizas un coche que está a nombre de la empresa para fines particulares, tendrás que declararlo en el IRPF como retribución en especie.
¿Cuándo se revaloriza un coche?
Puede que obtengas dinero si vendes un coche clásico, que gana valor con el tiempo, un coche averiado y reparado o si se trata de una pieza de colección. Entonces deberás incluir esa ganancia en la declaración del IRPF. La retención es del 20% aproximadamente de la ganancia que has obtenido.
Un coche empieza a devaluarse en el mismo momento de la compra, cuando sale del concesionario. En este caso, ya ha perdido un 10% de su valor. Un año después, esa pérdida de valor es del 20%. Pero además del tiempo transcurrido, también influyen en su devaluación el uso, su estado o que el modelo ya no esté de moda, entre otras circunstancias.
No, es el comprador el que debe declarar por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. El vendedor suele percibir por su venta mucho menos de lo que pagó por el coche cuando era nuevo.
Debes preocuparte de no tener multas impagadas y de que el impuesto de circulación esté al día. Al comprador debes entregarle la tarjeta de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y el permiso de circulación. Además, debéis hacer un contrato de compra-venta.
Sí, se lo puedes transferir, aunque el comprador deberá cambiar la figura del propietario del vehículo y del conductor asegurado. Si lo haces, recuerda cancelar la renovación de la póliza para que no te pasen el recibo otra vez. Ten en cuenta que también puedes quedarte el seguro y cambiarlo a otro vehículo si, por lo que sea, vas a adquirir un nuevo nuevo en poco tiempo.
Las personas que ganan un salario o que estén jubiladas no están obligadas a declarar la compra de un coche o una moto nuevos, porque al comprarlos ya han pagado los correspondientes impuestos: el 21% de IVA y el impuesto de matriculación
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