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Tradicionalmente, en España y en general, en Europa, los cambios de marcha del coche se activan de forma manual. Sin embargo, desde hace algunos años, los nuevos modelos, especialmente los coches eléctricos, vienen con cambios automáticos. Aunque teóricamente son más sencillos, existen algunas cosas que deberías saber antes de salir a la carretera. Descubre todo sobre la conducción con cambio automático en esta guía.
Aunque parezca una obviedad, es fundamental que comprendas las diferencias entre un coche manual y uno automático. Para ello, lo primero que debes tener claro es la propia definición de un vehículo automático. El Reglamento General de Circulación, define a un vehículo automático como el que los cambios de marcha se hacen de forma autónoma. Es decir, los cambios de marcha se hacen sin intervención del conductor mediante el embrague y la palanca de cambios.
Este tipo de vehículos son muy comunes en Estados Unidos y en muchos países de Latinoamérica. España es, o al menos era hasta el 2019, el tercer país europeo con menos matriculaciones de vehículos automáticos con sólo el 21%.
Tradicionalmente, la mayoría de los conductores españoles se han iniciado en coches manuales y algunos, nunca han experimentado la conducción automática. No obstante, a raíz de la popularidad de los coches híbridos y eléctricos, los coches automáticos han empezado a ganar fuerza en el mercado español. Es por esta razón que hoy en día, muchos más conductores analizan la conducción automática como una opción.
En este contexto, existen varios mitos inherentes a la conducción automática que aún están presentes en el imaginario colectivo. Fíjate en lo que dicen los expertos sobre estos mitos:
Este mito nace de una confusión muy común, para muchos conductores, la comodidad es sinónimo de facilidad. Y nada más alejado de la realidad. Ciertamente, los coches automáticos son sensiblemente más cómodos pues eliminan la acción del embrague y el uso de la palanca de cambios. Adicionalmente, el conductor no debe preocuparse por la marcha más adecuada para determinada velocidad o tipo de vía.
El coche cuenta con un selector automático que hace de forma autónoma los cambios sin que el conductor tenga que accionar la marcha. Por lo que suelen ser más cómodos de conducir, especialmente, en espacios urbanos con diferentes arranques y paradas.
Pero, este confort no altera el hecho de la conducción en sí mismo. Es decir, el conductor de un coche automático debe cumplir con las mismas normas de conducción y precauciones de seguridad igual que un coche manual.
Por lo tanto, la conducción es más cómoda pero no más fácil. Las acciones de navegación, dirección, interacción con otros vehículos y normas de conducción son idénticas para ambos tipos de coche.
Nuevamente, confundir el confort y la habilidad suele ser muy común. Especialmente entre aquellos conductores acostumbrados a conducir exclusivamente coches manuales. Si bien es cierto que en un coche automático, las habilidades de arranque y embrague no se necesitan, no hace que conducir sea menos complejo.
En un coche automático, un conductor no tiene que tener las habilidades de sincronización entre sus pies para arrancar el coche. Los coches automáticos sólo necesitan que el conductor mueva la palanca hacia la posición de arranque o reversa. El coche arrancará de forma automática desde la posición de conducir hacia adelante “D” o hacia atrás “R” sin que tenga que sincronizar los pedales.
Igualmente, al conducir, el conductor de un coche automático sólo debe posicionar la palanca de cambios en la marcha. El selector automático irá haciendo los cambios sin intervención, lo que permite una conducción más suave. Este confort ha hecho que se considere a un coche automático un tipo de vehículo hecho para personas con menos habilidades. Lo cual es absolutamente falso.
Quizá este es un mito que tenga algunas pinceladas de verdad. Según algunas de las marcas de coches más reconocidas del mundo, existen diferencias de consumo entre ambos tipos de vehículos.
Aunque hoy en día, la diferencia de consumo es prácticamente insignificante, hasta hace poco sí existía una diferencia importante. En los coches de hace una década y más antiguos, un coche automático podía consumir entre un 15 y 20% más de combustible. No obstante, la optimización de la ingeniería de vehículos ha llevado a esa diferencia a menos de un 5%.
Esta diferencia se hace ínfima en algunos tipos de conducción en ambos tipos de vehículos. Esto se debe a que los arranques bruscos en el coche manual o las constantes frenadas en los automáticos, consumen más combustible. Por lo que, la técnica de conducción puede jugar en favor o en contra del consumo en ambos tipos de coches.
Por otro lado, algunas piezas del coche automático sufren menos desgaste que en el coche manual. Por ende, la vida útil de algunos coches puede ser mayor en los coches automáticos. Pero, aún los mecánicos más experimentados no pueden ponerse de acuerdo en cuál es más duradero o rendidor.
Cómo puedes ver, no existe per se, una mayor facilidad en la conducción de un coche por ser automático o manual. Para la ley no existen diferencias ante infracciones dependiendo del tipo de cambios del vehículo. En este sentido, también se han creado ciertas dudas en cuanto al permiso de circulación. Fíjate por qué se han originado estas dudas respecto al carné de conducir y el tipo de caja de cambios del coche.
Con el cambio de tecnologías y métodos de conducción, las leyes se han tenido que ir modernizando al ritmo de los cambios en la práctica. Hasta hace muy poco la DGT ha girado una instrucción a las direcciones locales respecto a la emisión de carnés para vehículos automáticos. Esta instrucción 2019/C-134 introduce el criterio de otorgación del carné con la indicación “código 78”.
¿Qué es este código? Según la DGT y Reglamento de Circulación, los conductores que sólo demuestran su capacidad de conducción en vehículos automáticos deberán llevarlo inscrito en su carné. O sea, si un conductor presenta la solicitud de carné en un vehículo automático y no se examina en un coche de cambio manual, tendrá en el reverso del carné, este código.
El código 78 no es más que una salvedad que le indica a la DGT que el conductor sólo puede conducir vehículos de marchas automáticas. No existe un tipo de vehículo específico pues todas las categorías tienen la codificación.
En este sentido, si un conductor aprueba el exámen de conducción en un vehículo de marcha manual, no tendrá ninguna codificación. Por lo que podrá conducir vehículos manuales y automáticos sin distinción especial.
Pero adicionalmente, la DGT establece multas de 500€ como una violación a las limitaciones especiales para la conducción. Otro elemento que se presenta como una confusión es lo relativo a las pruebas de conducción, fíjate por qué.
Como ya has visto, el código 78 en el carné de conducir establece que sólo podrás conducir vehículos automáticos. Del mismo modo, has visto como conducir un coche manual con un código 78 en tu carné puede tener una multa de 500€. Pero, probablemente te preguntarás si existe alguna diferencia en las pruebas necesarias para obtener el carné dependiendo del tipo de cambios.
La respuesta es que no, sin importar el tipo de cambio, la DGT no establece diferencias en las pruebas para el carné de conducir. Las pruebas teóricas son exactamente las mismas y ahí debes demostrar tu conocimiento en las leyes y normas viales.
En cuanto a las pruebas prácticas, deberás hacer diferentes tipos de maniobras que dependen del tipo de vehículo que quieras conducir. Por lo general, cada tipo de carné tiene distintos tipos de maniobras como:
Cada tipo de vehículo tiene una maniobra especial que se establece de acuerdo al tipo de vehículo. Pero, en ningún caso, la forma del cambio lo hace más sencillo o con distintos criterios de evaluación.
Desde hace muchos años, prácticamente cualquier vehículo puede pedirse en el concesionario en un modelo automático. Pero, este tipo de pedidos especiales solía encarecer el precio del coche sensiblemente. No obstante, desde la proliferación de los coches híbridos y 100% eléctricos, los coches automáticos son cada vez más comunes.
Los coches eléctricos se fabrican con cajas de transmisión automáticas pues optimizan el uso de la energía en el coche. Por ende, el rendimiento de la batería se alarga al gestionarse desde un sistema incorporado en el vehículo.
Aún así, esto no quiere decir que el 100% de los coches eléctricos e híbridos sean totalmente automáticos. En una proporción opuesta a los coches de combustión, los coches eléctricos también pueden venir con un tipo de cambios manual.
En términos generales, los coches automáticos han tenido una tendencia a ser más costosos que los coches manuales. Esta tendencia está variando y hoy en día, las diferencias de precios disminuyen cada vez más. Actualmente, en promedio, un coche automático puede tener una variación de precio entre un 1 y un 5% dependiendo del tipo de coche. Por otro lado, el coste de las reparaciones suele ser mucho más elevado a pesar de necesitar menos visitas al taller. Aunque, claro está, esto depende del modelo, marca y uso, por lo que es imposible generalizar definiciones.
En relación al seguro, existe una variación que depende del precio del vehículo. Generalmente, las pólizas de seguros se calculan en torno a diferentes variables. Una de las que más influye es el precio final de un vehículo, pues determinará el precio de sustitución.
En la actualidad hay decenas de aseguradoras con pólizas para coches automáticos y manuales con diferentes precios y servicios. En nuestra comparador de seguros de coche, podrás analizar todas las pólizas de seguros de coche actuales.
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En nuestro artículo: “Existen pólizas de seguro específicas para coches eléctricos” podrás ver los términos y condiciones actuales. En la actualidad los precios de los seguros de coches eléctricos y automáticos están reduciendo la diferencia con los coches manuales y de combustión. Por esta razón, el precio va más enlazado al modelo específico más que al tipo de motor o caja de transmisión.
Lo que sí tiene una diferencia muy interesante es en lo que se refiere a la ampliación de la póliza para la batería y/o cargador. En los coches eléctricos e híbridos enchufables podrás asegurar de forma independiente estos dos costosos elementos del coche.
En muchas regiones europeas se ha iniciado un plan para prohibir la fabricación de nuevos modelos de combustión a partir del 2025. Esto quiere decir que en un futuro no muy lejano, el 100% de los coches en circulación serán eléctricos o híbridos enchufables.
¿Qué puede significar esto? Según los analistas, en unos 10 años, serán muy pocos los coches manuales en el mercado. Por lo que se prevé una serie de cambios en las regulaciones del carné de conducir y la eliminación del código 78.
En los coches automáticos, la letra N significa neutral y la P, “parking” o estacionamiento. A la hora de aparcar un coche, es conveniente seguir las mismas indicaciones de un coche manual, que son dejar el coche en la posición P y accionar el freno de mano o emergencia.
En los coches eléctricos e híbridos enchufables, poseen una letra “B” en su caja de cambio que significa “Battery” o batería. Esto indica que la batería inicia el ciclo de retroalimentación en aquellos coches dotados de esta función.
Los motores de los coches eléctricos se basan en una tecnología que no requiere de caja de cambios y/o de embrague. Sin embargo, algunos coches se diseñan con una palanca de cambios que hace los cambios de modo de conducción manual para mejorar la experiencia del conductor.
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