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Comprar un coche, ya sea de segunda mano o nuevo, es una transacción comercial que lleva aparejado el pago de una serie de impuestos. Algunos se deben liquidar al Ayuntamiento, otros a la Comunidad Autónoma o a Hacienda. No son los mismos si el coche es usado o no. Pero hay que saber con certeza de cuáles se trata para evitar sanciones importantes, incluso la inmovilización de nuestro vehículo.
Al adquirir un coche de segunda mano, existen dos tipos de impuestos que deben abonarse: el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y, en algunos casos, el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Sin embargo, el pago del IVA no es siempre aplicable en estas transacciones.
En el caso de un coche nuevo, que se compra en un concesionario, estos son los impuestos que hay que liquidar:
Este impuesto se aplica en toda compra-venta, incluidos los coches. La compra de un coche se grava con un 21%, pero hay algunas excepciones para algunos tipos de vehículos y personas con discapacidad o movilidad reducida.
Este impuesto se paga una sola vez, cuando se compra el vehículo. Si el coche se ha comprado en el extranjero, también hay que pagarlo si nunca ha sido matriculado. No se trata de un porcentaje fijo, se establece según una tabla de la Agencia Tributaria. Existen situaciones en las que se puede bonificar el impuesto: por ejemplo si el vehículo lo compra una familia numerosa –el descuento es del 50%– . La cantidad del impuesto depende del nivel de emisiones de CO2 del coche: el gravamen es de un 0% para los vehículos con emisiones iguales o inferiores a 120 g/km y de un 14,75% para vehículos con emisiones mayores o iguales a 200 g/km. También hay que tener en cuenta que puede variar entre las distintas autonomías.
Además de los impuestos que hay que liquidar al comprar el vehículo, no hay que olvidar, el impuesto de circulación, una tasa que se paga de forma anual –también en el caso de los coches de segunda mano– . Este impuesto es obligatorio y depende de cada Comunidad Autónoma. Están exentas las personas con una discapacidad igual o superior al 33%. Los coches eléctricos tienen también una reducción, un 75% menos.
A continuación, te mostramos en qué momentos se liquida cada impuesto:
En España se aplica el 21%, aunque existen algunos vehículos están gravados con un tipo reducido del 4%, por ejemplo, los que pertenecen a personas con minusvalía o movilidad reducida. Se liquida al comprar, si se trata de un coche nuevo comprado en un concesionario o de un coche usado adquirido a una empresa o a un autónomo especializado a la compraventa.
Este impuesto, conocido como Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), se paga por el año natural en curso al Ayuntamiento, esté el coche o no en activo y está dado de alta en el Registro de la Dirección General de Tráfico (DGT).Es un impuesto obligatorio para poder circular. La cuantía se fija en la Ley Reguladora de Haciendas Locales, y cada ayuntamiento fija las bonificaciones que considera pertinentes. Se puede pagar en las oficinas bancarias colaboradoras del Ayuntamiento, llamando al teléfono de información 010 o también online. Una manera de olvidarse de él es domiciliarlo.
Este impuesto especial sobre determinados medios de transporte solo se paga una vez, cuando se matricula el coche en España. Se calcula según unas tablas que publica el Ministerio de Hacienda y su cuantía depende del nivel de emisiones de CO2 del vehículo:
Este gravamen se paga cuando se establece la transmisión del bien, es decir en el momento de la compra, aunque existe un plazo de liquidación de 30 días hábiles desde esa fecha.
Este impuesto es obligatorio y hay que abonarlo cada año. Depende de cada ayuntamiento y el plazo para pagarlo va desde el 1 de abril hasta el 30 de junio, aunque el ayuntamiento puede ampliarlo. Normalmente, el consistorio envía una carta de pago al propietario. Las multas por circular sin haber pagado este impuesto pueden ser de hasta 500 euros e, incluso, puedes quedarte sin vehículo.
El plazo para pagar este tributo es de 30 días desde que se establece el contrato de compraventa.
Si no se liquida en el momento de formalizar la compra, la Comunidad Autónoma puede abrir una inspección y un proceso sancionador.
¿Qué pasa con los coches de kilómetro cero?
Comprar un coche de kilómetro cero puede ser una buena opción. Lo puedes adquirir en un concesionario o en un establecimiento especializado. En este tipo de operación, los impuestos son diferentes, porque este tipo de vehículos ya están matriculados. Estos vehículos se llaman “de kilómetro cero”, porque han acumulado algunos kilómetros, pero pocos, por eso no se consideran de segunda mano. Por el contrario, los concesionarios sí cobran el IVA en este tipo de transacciones según establece la Agencia Tributaria.
¿Sabías que…?
Desde el pasado 1 de enero de 2022, si adquieres un vehículo con emisiones de CO2 menores a 120 gr por cada kilómetro no tendrás que abonar el impuesto de circulación. Pero también hay otras bonificaciones similares que repasamos a continuación:
También están exentos del 100% del impuesto los vehículos de servicios sanitarios, los utilizados por personas con dificultades de movilidad, los coches oficiales o los del cuerpo diplomático.
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Depende de si es un coche nuevo o uno de segunda mano. Si es nuevo, hay que pagar el IVA del 21%. Un coche usado está exento de IVA si se trata de un acuerdo entre particulares, pero está sujeto al Impuesto de transmisiones patrimoniales. El Impuesto de Circulación lo pagan todos los coches de forma anual. El Impuesto de Matriculación hay que liquidarlo también en caso de un coche nuevo. Se paga una vez, en el momento de la compra.
Cuando se compra un coche de segunda mano, no se paga ni IVA (salvo que la compra sea a una empres), ni impuesto de matriculación, pero sí un impuesto cuya gestión está cedida a las Autonomías en España): el Impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados (ITPAJD).
Sí, este impuesto deben pagarlo, cada año, todos los coches, sean nuevos o de segunda mano, durante toda su vida de uso. Sin él, no puede circular ningún vehículo. La cantidad de este impuesto depende de las Comunidades Autónomas y puede variar.
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