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Varias marcas ofrecen la posibilidad de adquirir un modelo adaptado a la utilización del GLP, es decir, gas licuado del petróleo. Esta posibilidad ha crecido al tiempo que el aumento de los “retrofit”, esto es, la conversión a eléctricos de coches clásicos. También existe la opción de transformar los coches híbridos a GLP. Pero también es posible solicitar a un taller especializado que instale en el vehículo un kit que convierte el carburante a GLP, tanto en un modelo nuevo como en uno usado.
Los kits de conversión a GLP pueden instalarse hasta en vehículos de última generación. La normativa actual permite la homologación de esta conversión si los vehículos cumplen con los estándares europeos de emisiones Euro 3 y siguientes. Si tu nivel es Euro 4, Euro 5 o Euro 6, no existe ningún problema para modificar tu etiqueta medioambiental expedida por la DGT y pasar de la C a la pegatina ECO.
En ciudades como Madrid, por ejemplo, es frecuente que circulen camiones o taxis alimentados por gas, así como estaciones de servicio que suministran gas, que se suele llamar autogas. En el conjunto de España, existen en la actualidad más de 700 proveedores de GLP.
Instalar un kit de conversión de gasolina a GLP es bastante sencillo y rápido. Es necesario contar con un depósito de autogas, tuberías que lo conecten a la toma de llenado y al motor, así como modificar el cambio los inyectores del motor, instalar una centralita, un gasificador y un conmutador que cambie los combustibles.
Cuando ya se ha instalado el kit, hay que colocar un interruptor conectado al tablero para poder alternar entre combustibles o que ese cambio se produzca automáticamente dependiendo del nivel del depósito. Cuando un vehículo funciona con GLP y el depósito se termina, el interruptor cambia automáticamente al motor de gasolina, sin necesidad de accionarlo.
A la hora de realizar la inspección técnica de un vehículo que se ha transformado en GLP, no hay muchas diferencias con respecto a cuando no se había instalado el kit. La ITV de un vehículo convertido a GLP y la de uno anterior a la transformación es muy parecida. La inspección revisa los mismos elementos, aunque engloba también el tanque de gas y sus conductos, para evitar emisiones de gases tóxicos.
Cuando se instala el kit de conversión, es necesario homologarlo para poder añadir a la ficha técnica su nueva situación como automóvil movido por gasolina o por gas. Esta homologación se debe hacer en una estación de ITV. Esta operación certifica que la operación de conversión a GLP ha sido adecuada y que se cumple con los estándares de seguridad de un coche de GLP, como en el caso de cualquier otro vehículo.
Es sencillo cambiar de gasolina a GLP. Este cambio se puede hacer mediante un pulsador, que permite escoger el combustible requerido o también cambiando automáticamente al combustible que tiene mayor autonomía en ese momento, cuando uno de los dos se está terminando.
Si la temperatura ambiental es baja, el sistema hace que el motor inicie la marcha con gasolina. Cuando se ha alcanzado la temperatura clave, se pueden alternar entre ambos combustibles.
¿Existe alguna diferencia entre el uso de gasolina y de GLP? Habitualmente, el sonido del motor es prácticamente indetectable, aunque la potencia del motor no es la misma cuando utiliza gasolina o GLP. La media de consumo también es distinta, porque el gas está comprimido, pero tiene menor densidad y, por tanto, un volumen mayor.
El motor suele perder entre un 10% y un 20% de su potencia cuando pasa de gasolina a gas. El incremento del consumo de gas respecto al de gasolina es también de entre un 10% y un 20%. Las ventajas del GLP son, sobre todo, de precio, que es más bajo que el de la gasolina, y también y en que expulsa un 40 % menos de gases contaminantes. El ahorro económico que supone con el tiempo puede ser del 50%. El gasto de la instalación del kit se amortiza alrededor de los 30.000 y 50.000 kilómetros, dependiendo del modelo de coche. Eso sí, es importante tener un mantenimiento muy ordenado del coche, para evitar averías.
En el caso de que hagas esta modificación en tu coche, al igual que con el resto de modificaciones que alteren su aspecto o funcionamiento, primero debes homologarlo y luego, por supuesto, informar a tu compañía de seguros. De lo contrario, en caso de que tengas un accidente, la aseguradora puede denegar la indemnización por los daños del vehículo o solo te cubrirá los elementos que venían de serie a su salida de fábrica.
Instalar un kit de GLP en un coche de gasolina cuesta entre 1.500 euros y 3.000 euros. El precio depende del número de cilindros, lo complicado que sea el montaje y la mano de obra. También se puede instalar en un coche diésel, pero esto es más caro. Además, no está permitido por la normativa y la instalación es más compleja, por lo que no es una operación interesante. Este cambio compensa si se realizan muchos kilómetros al año y el consumo de tu coche es elevado. Aunque el coche consume más GLP en comparación con la gasolina –sobre un 10% más–, como el precio del gas es menor que la gasolina, la operación sale rentable. Además, el GLP emite un 40% menos de carbono a la atmósfera.
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Es posible adquirir un coche nuevo de GLP en un concesionario, y son coches más económicos por regla general que los de gasolina. Al ser coches ecológicos, no deben pagar el impuesto de matriculación. Hay lugares en los que incluso tienen descuentos de hasta el 75% en el impuesto de circulación. Y, además, son vehículos más silenciosos. La dificultad radica en que cuentan con menos puntos de repostaje. Por eso es importante localizar un surtidor cercano y en una ruta que vayamos a emprender, planificando bien los viajes.
Son las siglas de Gas Licuado del Petróleo. Y es un carburante con bajas emisiones de carbono. Hoy en día es posible convertir los coches híbridos o de gasolina a GLP, mediante la instalación de un kit y se puede hacer tanto en modelos nuevos como usados.
Instalar un kit de conversión de gasolina a GLP es sencillo y rápido. Consiste en un depósito de autogas, con tuberías que lo conectan a la toma de llenado y al motor. Cuando ya está instalado el kit, hay que. Añadir un interruptor para poder alternar entre combustibles.
La gran ventaja es, sobre todo, el precio, que es más bajo que el de la gasolina y, además, expulsa un 40% menos de gases contaminantes. El ahorro en el consumo , con el tiempo, puede llegar a ser de un 50%.
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