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Los coches autónomos están a la vuelta de la esquina. En poco tiempo veremos en Europa circulando con normalidad vehículos totalmente autónomos, de nivel 5 según la SAE (Society of Automotive Engineers). La cámara baja de Alemania, por ejemplo, ya aprobó una propuesta de ley para permitir la circulación de vehículos autónomos de nivel 4. Este nivel permite la circulación totalmente autónoma, es decir, el conductor puede desatender su atención completamente e incluso abandonar su asiento, aunque eso sí, solo podrá circular por áreas geográficas determinadas.
Un vehículo autónomo es aquel que puede realizar todas las funciones de conducción sin la intervención humana, excepto la indicación del punto de inicio y final del trayecto. A día de hoy, aún no hay coches autónomos en el mercado, aunque existen varios proyectos en desarrollo. La Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) ha establecido seis niveles de autonomía, del 0 al 5, para definir el nivel de autonomía de un vehículo. El nivel 0 es aquel en el que el coche no puede realizar ninguna función de conducción por sí solo, mientras que el nivel 5 indica que el vehículo no requiere la intervención humana para ninguna tarea. En la actualidad, nos encontramos en un nivel intermedio, con los coches más avanzados que tienen un nivel 2+.
Aunque falta mucho tiempo para que este tipo de vehículos se asienten en el mercado, su llegada va a traer consigo modificaciones en el seguro del coche, cuya prima anual podría reducirse. Según la DGT, el 90% de los accidentes de tráfico son responsabilidad del ser humano. El coche autónomo, de funcionar como se espera, podría reducir notablemente la siniestralidad. Esta reducción afectaría notablemente a la prima del seguro, ya que las aseguradoras se basan en la siniestralidad para establecer el precio de sus productos.
La existencia de coches autónomos implica la desaparición de la figura del conductor, por lo que todos los ocupantes del vehículo actuarían como pasajeros. Por este motivo, el cambio más significativo que se producirá en el sector se dará en la cobertura obligatoria de responsabilidad civil del conductor. Actualmente, una parte de la responsabilidad recae sobre el propietario del vehículo y otra sobre el conductor.
En el escenario que presenta el coche autónomo, al dejar de existir la figura del conductor, sólo permanecerá la responsabilidad del propietario. Sería el caso, por ejemplo, de los daños causados por remolques, la caída de objetos transportados, el uso del vehículo por un menor de edad etc. La responsabilidad civil del conductor podría desaparecer y trasladarse a las marcas y fabricantes de software y hardware.
Las aseguradoras tendrán que valorar el lanzamiento de otros productos, como nuevos seguros de responsabilidad para las marcas automovilísticas, para los fabricantes de hardware, de software, de GPS, etc. Por otro lado, la llegada del coche autónomo permitirá al sector asegurador incluir servicios añadidos, como revisiones de los vehículos, o mejorar otras coberturas como la asistencia en viaje, que podría, por ejemplo, eliminar las limitaciones kilométricas que actualmente tienen algunas aseguradoras para el remolque del coche.
También serán necesarios cambios en el plano legal, ya que la Convención de Viena sobre la circulación vial de 1968 establece en el artículo 8 que el conductor deberá tener el dominio de su vehículo en todo momento. Según se recoge en el artículo 47 del Real Decreto 2822/1998, en España está autorizada la circulación de coches autónomos, pero sólo para pruebas o ensayos de investigación y siempre bajo la supervisión de un conductor, que será aún responsable de eventuales accidentes.
Fuentes:
Qué pasa en China y en Estados Unidos
La legislación para regular los vehículos de nivel 4, que son semiautónomos y permiten la conducción autónoma pero con intervención humana ocasional, ya está en vigor en China y Estados Unidos desde finales de 2020. En Europa, se espera que la normativa para los vehículos autónomos de nivel 4 esté disponible pronto y se prevé que la legislación para los vehículos totalmente autónomos, de nivel 5, se establezca en 2030. Por otro lado, en cuanto a los autobuses autónomos, su llegada es inminente, aunque probablemente no estará disponible hasta después de 2030.
Los vehículos autónomos son considerados más seguros que los conducidos por personas, no tanto por la capacidad de la máquina de tomar decisiones, sino por su rapidez y capacidad de cálculo en la evaluación de variables. Los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) son dispositivos que incorporan casi todos los vehículos actuales para reducir la probabilidad de accidentes. Estos sistemas cuentan con sensores que miden distancias, detectan objetos y analizan las condiciones del tráfico. A partir de la información obtenida, la electrónica del vehículo puede tomar decisiones predeterminadas y actuar sobre el acelerador, los frenos o la dirección, además de alertar al conductor si se detecta algún riesgo.
En este tipo de coches, el conductor puede desentenderse por completo. Está considerado un pasajero más.
No, aunque hay diferentes proyectos en desarrollo. Los coches autónomos tienen diferentes niveles de autonomía, del 0 al 5. Los coches más avanzados en la actualidad tienen un nivel 2+.
El desarrollo de coches autónomos podría impulsar un importante cambio en las primas de lo seguros, al reducir la siniestralidad y la responsabilidad del conductor.
Las aseguradoras tendrán que valorar el lanzamiento de otros productos, como nuevos seguros de responsabilidad para las marcas automovilísticas, para los fabricantes de hardware, de software, de GPS, etc.
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