Variación del riesgo

Para el cálculo de la prima de un seguro de coche se tienen en cuenta multitud de factores relacionados con el vehículo y con el conductor asegurado, como, por ejemplo:

  • Conductor: Edad y experiencia con el permiso de conducir, lugar de residencia, historial de siniestralidad, estado civil, etc.
  • Coche: Marca, modelo, número de puertas, potencia, lugar de aparcamiento, kilómetros recorridos, etc..

La póliza del seguro tiene una duración anual y se renueva automáticamente a su vencimiento salvo que alguna de las partes comunique la contrario, en cualquier caso, la aseguradora hace el cálculo del importe de la prima al inicio del seguro. La pregunta es:

¿Qué pasa si en algún momento varía alguno de estos factores?

Lógicamente, las compañías ya tienen en cuenta que algunos de estos factores varían por inexorable paso del tiempo, como es la edad y los años de carné, pero, del resto no tiene porqué saber nada, por lo que deberás comunicárselo a la mayor brevedad posible, ya que de las nuevas circunstancias puede producirse una variación del riesgo, y en ese caso, una variación del importe a pagar.

A continuación lo veremos con dos ejemplos muy comunes.

AUMENTO DEL RIESGO

Ejemplo

Tu hijo se saca el permiso de conducir y tiene pensado coger el coche de forma ocasional.

En este caso se produce una variación del riesgo muy importante y deberás comunicárselo a la aseguradora antes de que el nuevo conductor coja el coche.

DISMINUCIÓN DEL RIESGO

Ejemplo

Hasta ahora aparcabas el coche en la calle, pero has alquilado una plaza de garaje cerca de casa y ahora tu vehículo “duerme” bajo techo.

Muchas compañías ofrecen mejores precios si aparcas el vehículo en garaje por lo que, si comunicas esta variación del riesgo, la compañía podría hacerte un descuento en la prima.

LA LETRA PEQUEÑA

En cualquiera de los casos, si se produce una variación del riesgo, tal y como establece el contrato de seguro debes comunicárselo a la aseguradora, pero, ¿sabes cómo actúa la compañía en cada situación?

Aumento del riesgo: No te quepa duda de que si se produce una importante variación del riesgo, tu aseguradora te enviará una modificación del contrato solicitándote el recargo correspondiente.

Disminución del riesgo: En este caso la aseguradora será menos rápida y, con suerte, lo que hará será hacerte un descuento o reducirte la prima en la siguiente anualidad de la póliza.

¿Qué ocurre si no lo notifico?

Tomaremos como referencia el ejemplo anterior, en el que su hijo acaba de sacarse el carné y quiere coger el coche.

En el supuesto de que tu hijo sufra un accidente con el vehículo asegurado, la compañía puede negarse a pagar los daños propios, tanto los materiales como los personales. En el mejor de los casos podrá pagar parte de la indemnización de forma proporcional a lo que pagas de seguro y lo que deberías haber pagado de haber conocido el aumento del riesgo, pero esto solo se produciría en el caso de que se considere que no se ha producido mala fe.

Ejemplo: Imagina que tu hijo tiene un accidente y ocasiona graves daños en el vehículo, por lo que resulta declarado como siniestro total. Si hubieras notificado la agravación del riesgo, la aseguradora paga toda la indemnización, pero como no lo ha hecho, pagará solo un 70%, que es la diferencia entre la parte proporcional de lo que has pagado por el seguro y lo que deberías haber pagado.

CONCLUSIÓN

Comunica siempre a la aseguradora cualquier variación de las condiciones del contrato, es decir, todo lo que afecte tanto al conductor como al vehículo y el uso que haces de él.