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Acudir a un Centro Autorizado para el Tratamiento de Vehículos (CATV), popularmente conocido como desguace, para comprar recambios y piezas para tu coche es una buena opción para ahorrar. Pero si es la primera vez que acudes a uno de estos centros, debes tener en cuenta algunos consejos para que no te equivoques escogiendo la pieza que necesitas. Estos centros compran constantemente vehículos siniestrados, de aseguradoras o particulares, o descartados por los concesionarios.
Los desguaces son una buena alternativa de calidad a un precio razonable. En ellos se separan las piezas de los vehículos accidentados o dados de baja y se venden los componentes que se han podido recuperar. Las piezas irrecuperables se llevan a la prensa hidráulica y el metal se funde.
En la actualidad, los vehículos son reciclables hasta en un 95%. Las ventas de este tipo de centros han aumentado, pero los coches suelen utilizarse hasta veinte años, lo que hace que los desguaces se nutran, sobre todo, de coches accidentados. Para facilitar a los clientes su búsqueda y su elección, este tipo de centros suelen contar con una página web e incluso realizan la venta de forma online.
A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para que puedas comprar de manera provechosa en un desguace:
Es importante que elijas un negocio que no opere al margen de la Ley. Estos suelen ser pequeños y familiares, acostumbrados a negociar con mecánicos de confianza y que operan sin ningún tipo de autorización oficial. Comprar en este tipo de desguaces puede ser muy problemático, porque no les podrás exigir responsabilidades si la pieza que compras no está en buen estado.
Los recambios que se adquieren en un negocio legal también tienen garantía, aunque puede variar dependiendo de su antigüedad. La garantía puede ser de un mes a un año. Si tienes problemas con alguna pieza, de todas maneras, deben devolverte el dinero o cambiarla por otra pieza o por un vale que puedas utilizar más adelante.
Antes de optar por un desguace, conviene tener claro cuál es el precio de la pieza en la red oficial y en las tiendas autorizadas. No será la primera vez que se compra algo en un desguace por un precio y en el mercado oficial esa pieza es igual de cara o incluso más barata. También conviene comparar los precios, que pueden variar mucho de un establecimiento a otro.
Muchas de las piezas proceden de siniestros, lo que puede afectar a su calidad, aunque los desguaces serios descartan las piezas sobre las que pueden tener una duda.
Los pequeños componentes de la carrocería, las luces, los accesorios mecánicos y los elementos del interior son los que más ahorro ofrecen a la hora de la compra. La razón no es solo que las piezas sean más baratas al ser más pequeñas, sino también, porque la mano de obra será más baja en el taller. Habrá situaciones en que puedas hacer tú mismo el montaje. Una pieza de este tipo puede ser un catalizador para un coche, por ejemplo. La diferencia entre el desguace y la red oficial puede ser de hasta 300 euros. El ahorro es evidente, si luego, además acudimos a un taller multimarca o de barrio.
Cuando se trata de piezas más complicadas, como el motor de un coche, hay que tener mucho cuidado, porque si no adquirimos el recambio adecuado podemos encarecer la factura de la mano de obra, por ser más complicada su instalación. Por eso es importante dejarse aconsejar por una persona experta y buscar en estos establecimientos piezas pequeñas y fáciles de instalar. Las piezas grandes y complejas o los grupos enteros no son aconsejables, porque podemos poner en peligro nuestro coche con una pieza de la que desconocemos la procedencia.
Vestido con ropa “sport”, esa es la mejor manera de acudir a un desguace, porque siempre terminas manchandote. Puede ocurrir que tengas tú mismo que desmontar algunas piezas para encontrar lo que buscas, aunque la oferta del establecimiento sea muy amplia y la mayoría de las piezas estén catalogadas.
La diferencia entre una pieza de segunda mano o reacondicionada y una pieza seminueva a veces no es muy amplia. Por eso, es interesante que preguntes, porque, aunque no es muy corriente, puede ser que encuentres alguna pieza casi nueva. Para evitar equivocaciones, pide presupuesto también en una tienda antes de acudir al desguace, como veíamos más arriba. A veces los precios de un recambio nuevo pueden sorprenderte.
De esta manera puedes informarte sobre la disponibilidad de piezas y sobre precios antes de desplazarte, aunque, por el alto número de llamadas, a veces puedes tardar un buen rato en comunicarte.
En los grandes desguaces es posible encontrar también motores, que han sido comprobados y catalogados por el equipo de mecánicos profesionales del establecimiento antes de ponerlos a la venta. También anotan el kilometraje de cada motor.
Comprar piezas de vehículos en un desguace ofrece varias ventajas notables como las que indicamos a continuación:
Ahorro de dinero: Una de las ventajas más evidentes de comprar piezas en un desguace es el significativo ahorro económico en comparación con las piezas nuevas. Las piezas de segunda mano suelen ser mucho más asequibles, lo que puede ser especialmente beneficioso si necesitas reparar tu vehículo con un presupuesto limitado.
Disponibilidad de piezas difíciles de encontrar: Los desguaces suelen tener una amplia variedad de piezas de vehículos antiguos que pueden ser difíciles de encontrar en otros lugares. Esto es invaluable para los propietarios de vehículos más antiguos que buscan piezas específicas. Esto es especialmente útil para mantener vehículos más antiguos en funcionamiento de manera rentable.
Sostenibilidad y reciclaje: Comprar piezas usadas en un desguace es una forma de promover la sostenibilidad y el reciclaje. Reutilizar piezas de vehículos en lugar de desecharlas contribuye a reducir la generación de residuos y la extracción de materias primas, lo que es beneficioso para el medio ambiente.
Cuando te decidas a comprar un recambio usado, debes tener claro cuál es la pieza exacta que necesitas y tienes que tener todos los datos del recambio: la marca, el modelo y la versión de tu coche, su año de fabricación, su tipo de combustible, su cilindrada y caballos de potencia del motor y la referencia de la pieza, si es posible.
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Dependiendo de las piezas, la diferencia entre un recambio nuevo y uno de segunda mano puede oscilar entre un 20% y un 80%. Hay piezas que no merece la pena comprar de segunda mano, pero hay otras que sí: por ejemplo, el turbo, basta con identificar un vehículo del mismo modelo; las lunas y lunetas, porque resultan muy caras nuevas; los parachoques, porque la reparación de piezas de plástico puede resultar muy cara; piezas de electrónica, que suelen estar siempre en muy buen estado; los retrovisores, puedes encontrarlos de casi todos los modelos en perfecto estado.
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Su nombre oficial es Centro Autorizado para el Tratamiento de Vehículos (CATV) y en ellos puedes encontrar piezas de segunda mano o semi nuevas a precios muy razonables. Si compras en un local autorizado, todas las piezas tendrán garantía y pueden ayudarte incluso a localizar lo que buscar a través de su página web o del teléfono.
Lo primero que hay que tener claro es el tipo de pieza. Lo segundo, el precio de la misma pieza en un concesionario, para ver si compensa. Y, tercero, comparar entre varios establecimientos, para ver cuál vale la pena y ofrece el mejor servicio.
Sí, es posible en los grandes establecimientos. Además, se pueden comprar con todas las garantías, por los mecánicos expertos del establecimiento comprueban y catalogan todas las piezas y anotan los kilómetros.
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