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Sábado, de 7:30h a 14:00h
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En la mayoría de las estaciones de ITV, se reserva la revisión con cita previa a través de la web, aunque todavía hay algunas estaciones que admiten reservas por teléfono. Si lo haces por la web, tendrás que proporcionar la matrícula y especificar el tipo de vehículo. La web te asigna un día una hora según la disponibilidad. Este sistema, que se ha generalizado en los últimos años, evita esperas innecesarias. También puedes abonar la revisión a través de la web y luego presentar el recibo, si es necesario. Si no es el titular quien va a presentar el vehículo a la ITV, es aconsejable autorizar por escrito a quien lo haga.
Todo el proceso de la ITV es en general sencillo y rápido, si tienes la documentación requerida y el vehículo está en buenas condiciones. Pero, puedes hacer una pequeña inspección previa, para asegurarte de que todo saldrá bien: comprueba el estado de las luces, el dibujo de los neumáticos, los frenos, la dirección, las escobillas limpiaparabrisas, las puertas y las ventanillas. También es muy importante que te asegures de que todos los elementos del vehículo están homologados. Además, puedes hacer una pequeña purga del motor para la prueba de control de emisiones, que trata de averiguar si la contaminación del vehículo es la adecuada. Para ello, empieza por comprobar si el nivel de aceite del motor está entre el máximo y el mínimo de la varilla del depósito y, si no es así, puedes rellenarlo. Después arranca el motor y haz varias aceleraciones con un intervalo de 30 segundos. Cuando llegues a la estación, el motor del vehículo debe estar a unas 2.500 revoluciones por minuto, si es ligero, y a unas 1.500, si se trata de uno pesado. El ventilador también debe estar funcionando. Durante la espera, puedes dejar el motor al ralentí.
A la hora de pasar la ITV son dos los documentos que se deben presentar: la tarjeta de la Inspección Técnica de Vehículos y el permiso de circulación. En la tarjeta de la ITV se estampa un sello tras pasar favorablemente la inspección, por eso debe ser una tarjeta original. Pero, si la extravías, no te preocupes, porque puedes solicitar un duplicado en la estación de la ITV. Los vehículos matriculados a partir de 2016 disponen de una tarjeta electrónica. En cuanto al permiso de circulación, si no lo encuentras, puedes presentar una fotocopia o una nota simple de antecedentes que puedes solicitar en la Jefatura Provincial de Tráfico. No es obligatorio presentar el último recibo del seguro, aunque no está de más tenerlo a mano.
El calendario de revisiones de un vehículo depende de la matrícula y del tipo. En el caso de los turismos, por ejemplo, la primera ITV sólo se pasa a los cuatro años de la matriculación. No olvides, además, que existe un periodo de 30 días naturales previos a que caduque la fecha de la última ITV para solicitar cita. Este tiempo previo no altera la fecha de las siguientes revisiones, pero evita prisas y olvidos.
Una vez pasada la revisión de la ITV, esta puede tener como resultado un diagnóstico favorable, desfavorable o negativo. En el primer caso, tu vehículo abandonará la estación y podrá seguir circulando sin problemas hasta la siguiente ITV. Pero en los dos últimos, la cosa se complica: un diagnóstico desfavorable significa que la revisión ha detectado problemas graves en el vehículo y para poder seguir circulando, deberás acudir a un taller y regresar para una segunda inspección; si el diagnóstico es negativo, los problemas del vehículo serán muy graves y este solo puede desplazarse en grúa para acudir al taller y luego regresar para una segunda revisión. En ambos casos, dispones de un plazo de dos meses.
Para circular por España hay que tener en vigor obligatoriamente la ITV. De lo contrario, te pueden poner una multa de 500 euros por una infracción grave. Puede ocurrir también que la autoridad de Tráfico te inmovilice el vehículo porque estime que supone un peligro para los viandantes y los demás vehículos. Si circular con la ITV caducada te pueden poner una multa de 200 euros.
Un vehículo pesado es el que tiene un peso de más de 3.500 kg. Este tipo de vehículos deben pasar la ITV cada año y, al cumplir diez, cada seis meses. Habitualmente, los vehículos pesados deben pasar una prueba de frenado especial, obligatoria desde 2019. Los remolques son otros vehículos con situación especial. Si pesan más de 750 kg, deben pasar la ITV como cualquier otro vehículo. Pero si tiene un peso inferior, se benefician de la ITV del vehículo al que están enganchados, porque tienen la misma matrícula.
Los vehículos con más de 30 años, con todos sus elementos originales intactos y que han dejado de fabricarse, se consideran vehículos históricos. Este tipo de vehículos no están obligados a pasar la ITV si fueron matriculados antes del 1 de enero de 1950, según una nueva normativa de 2023. Si fueron matriculados después de esa fecha, deben pasar la ITV cada dos años una vez cumplidos los 40, cada tres hasta los 45 y cada cuatro, a partir de los 45. Un vehículo de importación no puede circular hasta que no haya pasado la ITV.
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A la hora de escoger una estación de ITV, no hay restricciones. Ni siquiera hay que acudir a la misma en caso de una segunda inspección debida a un diagnóstico desfavorable o negativo.
Una vez pasada la ITV, la estación te hace entrega de una pegatina que debes colocar obligatoriamente en el parabrisas, en la parte superior derecha. Esta pegatina muestra que tu ITV está en vigor. Si no la pegas, te pueden poner una multa de hasta 100 euros, ya que se considera una infracción leve, aunque la sanción no suele sobrepasar los 80 euros y no supone una pérdida de puntos.
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