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La normativa sobre medio ambiente de la Unión Europea se ha hecho cada vez más exigente. Para poder adaptarse, los fabricantes de automóviles y de carburantes han puesto en pie varias iniciativas. El AdBlue es una de estas soluciones y constituye una de las más eficaces. Se trata de un aditivo que reduce las emisiones nocivas de los coches que funcionan con diésel.
El adBlue es un aditivo que se utiliza para reducir las emisiones contaminantes de los coches diésel. Se trata de un sistema que obligatoriamente deben llevar los coches con motor diésel, desde 2014. El AdBlue fue la vía que propusieron los fabricantes para que sus automóviles pudieran adaptarse a las limitaciones de la contaminación de la normativa Euro 6, que establece serias restricciones a la circulación de coches contaminantes. El AdBlue se instala hoy de serie en todos los coches, de forma que se ha convertido en una pieza indispensable para que funcionen correctamente los coches de gasoil.
En AdBlue, es una disolución de urea al 32%. Con esta fórmula, reduce las emisiones contaminantes de dióxido de nitrógeno (NOx). Lo hace mediante lo que se denomina reducción catalítica selectiva, que convierte óxidos de nitrógeno en nitrógeno diatómico (N2) y agua (H2O), con la ayuda de un catalizador, el amoníaco. El Adblue no solo se refiere al aditivo, sino que incluye otros elementos importantes, como el propio catalizador SCR (Selective Catalytic Reduction), y un depósito.
De esta forma se reducen las emisiones producidas por la combustión de un motor diésel. Por culpa de los elementos químicos de los que está compuesto el gasoil, los coches diésel emiten altas cantidades de dióxido de nitrógeno, que es muy nocivo en concentraciones altas a baja altura. El AdBlue reduce el número de partículas contaminantes gracias al proceso químico basado en la urea, que es un agente muy potente a la hora de neutralizar esas partículas y que no es tóxico, aunque tenga un gran poder corrosivo.
Este depósito sólo tiene capacidad para pocos litros. El AdBlue actúa sobre los gases de escape, dentro del catalizador, no entra en contacto con el combustible. Mediante microinyecciones en forma de aerosol, la urea atrapa las partículas de dióxido de nitrógeno, y reduce su concentración en hasta un 90%.
También reduce las partículas de CO2, aunque solo entre el 2% y el 4%. Un tercer elemento, el amoniaco, desencadena una reacción química que descompone el NOx y lo transforma en nitrógeno (N) y agua (H2O). El nitrógeno es nocivo, pero menos que los óxidos de nitrógeno. El sistema debe funcionar correctamente para que el resultado sea el deseado.
Desde que se implementó la normativa Euro 6 el 1 de enero de 2014, todos los vehículos diésel fabricados deben contar con un sistema AdBlue. Esto incluye a los automóviles de pasajeros, vehículos comerciales como furgonetas, así como vehículos pesados como camiones y autobuses. La ventaja principal del sistema AdBlue es su eficacia para reducir emisiones contaminantes. Sin este aditivo, los coches diésel no podrían cumplir la estricta normativa europea sobre emisiones contaminantes.
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La utilización de este sistema puede afectar al funcionamiento del vehículo. Para que el proceso funcione debe haber aditivo en el depósito. Esto exige que el conductor esté atento y revise el sistema cada tanto tiempo. Para eso todos los coches diésel tienen un indicador de AdBlue en el cuadro de mandos que señala su nivel, o más bien la autonomía que le queda al coche antes de que el aditivo se termine. Es importante no olvidarlo, para evitar problemas, de lo contrario, el coche entrará en el denominado “modo de seguridad”, lo que hará imprescindible pasar por el taller.
El AdBlue tiene un precio que no varía. Se sitúa en torno a los 0,60 euros. Los últimos modelos de coches diésel suelen tener depósitos con capacidad para entre 12 y 17 litros, suficiente para 15.000 o 20.000 kilómetros. AdBlue se encuentra, sobre todo, en las gasolineras, aunque también se puede comprar en talleres o por Internet.
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Si se agota el depósito de AdBlue, el motor puede fallar o no arrancar. Entonces debemos llenarlo de nuevo. El coche nos señalará una alerta, con tiempo suficiente. Si no hacemos caso, el coche dejará de funcionar, aunque no existe ningún riesgo de avería en el sistema de AdBlue. Por eso, es especialmente importante estar pendiente de cumplir las revisiones del vehículo.
Es un sistema que se instala , desde 2014, en todos los coches diésel, para reducir las emisiones contaminantes de dióxido de nitrógeno.
Consta de un aditivo, de un catalizador y de un depósito. El aditivo es una disolución de urea y reduce las emisiones contaminantes mediante un proceso que se llama reducción catalítica selectiva que utiliza amoniaco. De esta forma se reducen las emisiones producidas por la combustión de un motor diésel.
Los coches señalan una alerta, para que el conductor reponga el contenido del depósito. Si no se hace a tiempo, el motor puede fallar, perdiendo potencia, o incluso no arrancar.
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