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Uno de los principales elementos de riesgo al volante es, según todos los estudios de seguridad vial, el exceso de velocidad. La Dirección General de Tráfico (DGT) explica que uno de cada cinco accidentes con víctimas está directamente relacionado con ella. Los cinemómetros, conocidos popularmente como radares de velocidad, son una de las armas utilizadas para evitarlo.
Los radares de la Dirección General de Tráfico se han multiplicado en los últimos años y, con ellos, las multas por exceso de velocidad. En 2022, la Dirección General de Tráfico recaudó más de 507 millones de euros en multas, según informa Automovilistas Europeos Asociados (AEA), lo cual supone un nuevo récord.
La Dirección General de Tráfico sigue instalando radares por toda España. El problema es que muchos conductores no tienen claro cómo funcionan, ni cómo les afectan. Lo importante es saber que los radares no multan a la velocidad que marcan, sino que funcionan con unos márgenes que se deben respetar. ¿Cuál es este margen? Lo describimos a continuación.
Los radares actúan siempre dentro de unos márgenes de error, respecto al límite fijado, a la hora de detectar el exceso de velocidad de un vehículo. Esto quiere decir que no basta con sobrepasar el límite exacto, sino que la multa cae cuando la velocidad es más elevada. En la actualidad, este margen se ha reducido, sobre todo en los radares fijos, ya sean de punto o de tramo.
Esta nueva homologación entró en vigor en 2020, lo que significa que ya no está vigente la famosa “regla del siete” y que ésta ha sido sustituida por la “regla del tres”, por lo que las multas se imponen a una velocidad más baja que antes. Tomando como referencia el límite de velocidad genérico, en carretera, ciudad y autovías, fijado para coches, motos o furgonetas de menos de 3.500 kg – los vehículos pesados tienen un límite menor en vías interurbanas–, el nuevo margen máximo de error de los cinemómetros, en los fijos y de tramo, es de 3 km/h (cuando el límite es de hasta 100 km/h) o del 3% (cuando el límite es superior a 100 km/h). En los radares móviles, el margen es de 5 km/h o del 5 %, en ambas situaciones
Con la llegada de los nuevos límites de velocidad en ciudad, carretera y autovía, las velocidades máximas permitidas son tres, dependiendo de la vía. Desde 2019, se ha reducido el límite de velocidad en las carreteras convencionales, que ha pasado a ser de 90 km/h. En autovías y autopistas, de momento el límite se mantiene en 120 km/h, aunque se debate si reducirlo También hay que tener en cuenta que los radares móviles instalados en helicópteros tienen el mismo margen que los fijos.
En autovía y autopista la sanción llega desde los 124 km/h y en carreteras convencionales, a partir de 93 km/h. Esta nueva normativa se aplica en todas las comunidades autónomas. La DGT tiene implantados cerca de 1.500 radares, de los cuales 780 son fijos, 92 son de tramo y 545 móviles. En total, son 1.400 tramos vigilados por controles de velocidad.
Las sanciones por exceso de velocidad aumentan de forma exponencial una vez superado el límite de velocidad fijado en una carretera o un tramo. Algunas infracciones suponen también la resta de puntos del carnet y otras no:
Los daños sufridos en un accidente de circulación están directamente relacionados con la velocidad, de manera que aumenta la probabilidad de lesiones graves y de muerte. Y esto es así, aunque la causa directa del accidente no haya sido el exceso de velocidad, algo en lo que la Dirección General de Tráfico siempre insiste. Por ejemplo, una colisión en un vehículo que va a 50 km/h equivale a una caída desde un tercer piso, mientras que el choque a 120 km/h es como caer desde el piso 14 y a 180 km/h equivaldría a un caída desde el piso 36.
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Las comunidades autónomas donde más han aumentado las multas por exceso de velocidad en los últimos años han sido Andalucía (con un 42,8%), Extremadura (con un 32,3%) y Cantabria (con un 26,3%). Cádiz es la provincia donde más multas se producen, incluso se han triplicado en solo un año. La razón es que cuenta con los dos radares que más multas ponen de toda España. El primero de la lista está situado en la autovía A-381, en el kilómetro 74,7, a la altura de la salida del túnel de Valdeinfierno, en Los Barrios. La velocidad está limitada a 80 km/h.
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Todos los radares para controlar el exceso de velocidad funcionan con un margen de error. Hoy ese margen se ha reducido y funciona según lo que se denomina “la regla del tres”. Tomando como referencia el límite de velocidad genérico, en carretera, ciudad y autovías, fijado para coches, motos o furgonetas, márgenes máximos de error de los cinemómetros, en los fijos y de tramo, es de 3 km/h (cuando el límite es de hasta 100 km/h) o del 3 % (cuando el límite es superior a 100 km/h). En los radares móviles, el margen es de 5 km/h o del 5 %, en ambas situaciones.
El exceso de velocidad es uno de los elementos más peligrosos cuando se está al volante. Aunque no sea la causa directa de una colisión, multiplica de forma radical las posibles lesiones y el riesgo de muerte. Es uno de los caballos de batalla de la Dirección General de Tráfico.
Las multas por exceso de velocidad oscilan entre los 100 euros y los 600 euros. si se superan los 60 km/h en ciudad, o 80 km/h, en vías interurbanas, se trata de un delito de seguridad vial, castigado con penas de cárcel de tres a seis meses o una multa de seis a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. Además, el conductor pierde el carnet de conducir de un a cuatro años.
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