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Existen algunas aseguradoras que ofrecen una revisión gratuita del coche cuando llega el invierno. No solo es necesaria antes de hacer un largo viaje, sino también en el cambio de estación. El cambio climatológico puede afectar al funcionamiento correcto del vehículo. Por eso es necesario poner a punto el coche ante las bajas temperaturas.
La aseguradora Allianz ofrece a todos sus clientes una revisión gratuita a partir del 15 de diciembre, en uno de los talleres de su red. Esta revisión supone un mantenimiento y una puesta a punto de la iluminación, líquidos, neumáticos y climatización, además de los niveles de aceite, el filtro de aceite, el líquido de la batería, de la servo-dirección, del lavaparabrisas y el estado de los frenos. También revisan la presión de los neumáticos. También Línea Directa ofrece una revisión invernal de la seguridad y los códigos de error del vehículo, además de un descuento de 50% en la segunda unidad de escobillas. Para ello, los clientes con póliza de coche en vigor podrán acudir, después de haber pedido cita, a uno de los talleres de su red de colaboradores.
El líquido refrigerante enfría el motor, pero además lo protege contra la corrosión y las heladas. Si se congela, puede romper la culata del motor, y estropear totalmente el vehículo. El líquido limpiaparabrisas es también importante, porque, con las bajas temperaturas, también puede congelarse y romper su recipiente, así cómo el sistema de pulverización. Existen líquidos limpiaparabrisas de invierno, que tienen aditivos para evitar la congelación. También es importante no desatender las escobillas. La batería es otro de los elementos importantes a tener en cuenta, porque en invierno sufre bastante, ya que es un reactor químico que produce electricidad. El frío enlentece esa conversación y hace que las baterías funcionen peor. Luego están todos los elementos de los que se hace uso en invierno: calefacción, luces o ventiladores para desempañar. En último lugar, pero no por ello menos importante, están los neumáticos, que deben adherirse adecuadamente a la carretera. Es recomendable utilizar neumáticos de invierno.
La lluvia, la nieve, el hielo y el viento pueden ser la causa de numerosos accidentes y averías. Sin embargo, según datos de Unespa, la patronal que reúne a las aseguradoras, el 40% de los usuarios no tienen cobertura de Asistencia en Viaje. Esta cobertura presta un servicio muy importante en caso de accidente. Proporciona un mecánico en el lugar del siniestro o de la avería, brindando apoyo en situaciones como el pinchazo de un neumático o la descarga de la batería. También facilita el traslado a un taller y el desplazamiento del conductor y los pasajeros. Las aseguradoras prestan más de cuatro millones de servicios cada año con esta cobertura.
El funcionamiento del motor se puede ver afectado por las bajas temperaturas. Por ello es recomendable, además de revisar su funcionamiento, esperar a que el motor se caliente al arrancar el vehículo para empezar a circular. También es importante revisar el sistema de climatización. Te calienta, igual que te refresca en verano, y te ayuda a despejar el vaho de las lunas. Otro de los elementos importantes es la luneta térmica trasera para evitar que se empañe. De lo contrario se pierde visibilidad. Si no funciona correctamente hay que acudir al taller más próximo.
En invierno, es imprescindible llevar algunas herramientas. Por ejemplo, un rascador de lunas, para quitar la escarcha o el hielo del parabrisas. También existen líquidos especiales para derretir el hielo, que contienen alcohol y disolventes, aunque si se utilizan demasiado pueden acabar dañando las gomas del parabrisas. También es importante llevar en el vehículo elementos como mantas o cadenas, para utilizar en zonas de nieve. Además, es recomendable llevar siempre muy lleno el depósito de combustible, y algo de comida, en los viajes largos.
Los expertos de Arpem recomiendan…
Conducir en condiciones de nieve, hielo, niebla o intensas lluvias puede ser muy difícil, especialmente si no se tiene mucha experiencia como conductor. Es imprescindible la capacidad de reacción, ajustar la velocidad y respetar la distancia de seguridad. En estas circunstancias es bueno utilizar técnicas de conducción defensiva. Estas suponen aumentar la distancia de seguridad todo lo posible, poner luces cortas, si hay niebla, y no largas, porque estas rebotan. Las luces antiniebla se deben utilizar cuando la niebla es muy espesa. Además, tanto con niebla como con lluvia fuerte o nieve, hay que acercarse a las rayas de la vía y no perderlas de vista. Por supuesto, hay que utilizar un chaleco reflectante si salimos al exterior.
Para evitar deslizamientos, si hay hojas secas o barro en la calzada, hay que conducir con mucha precaución. Con lluvia intensa, hay que evitar el riesgo de “aquaplaning”, que se produce cuando los neumáticos no evacuan el agua que se acumula en el asfalto. Para no perder el control del vehículo, hay que sujetar el volante firmemente, no frenar y corregir la trayectoria con suavidad, cuando se recupere la adhesión al asfalto. Si te encuentras con una placa de hielo, debes mantener el control del coche y para ello debes evitar acelerar y no frenar. En cualquier caso, es imprescindible no realizar maniobras bruscas, porque solo agravan la situación.
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Sí, existen algunas que ofrecen una revisión gratuita en uno de sus talleres para poner a punto el coche para el invierno. Esta revisión incluye la iluminación, la presión de los neumáticos, la climatización o los niveles de aceite y los filtros.
Sí, es necesario revisarlo a menudo, especialmente en invierno, porque enfría el motor y lo protege contra la corrosión o las heladas. Si se congela, se puede romper la culata del motor, una avería grave y costosa.
En invierno hay que practicar lo que se denomina una conducción defensiva. Esta implica circular a velocidades más bajas, mantener y ampliar la distancia de seguridad y no perder de vista las rayas del asfalto.
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