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Existe un formato de seguro basado en el kilometraje. Es una solución de reciente implantación. No es tan frecuente como otras pólizas, pero puede resultar muy interesante. En este tipo de seguros, la prima, que suele ser más asequible, se adapta al uso real que haces del coche. Te contamos en qué consiste y cuáles son sus ventajas.
Un seguro por kilómetros es una modalidad relativamente nueva de póliza en el sector de los seguros de automóvil. Todavía son pocas las compañías que disponen de ellos. Esta modalidad de seguro puede resultar muy interesante, especialmente si no se utiliza demasiado el coche, ya que la prima, que suele ser más accesible, se calcula en función del uso real del vehículo, a diferencia de las pólizas habituales, que se calculan en función de una simulación. El kilometraje es recogido por un dispositivo electrónico instalado en el coche. A la hora de contratarlo se hace por “packs” de kilómetros. Las compañías ofrecen distintas opciones. Esto quiere decir que el conductor acuerda con la compañía no sobrepasar un determinado número de kilómetros al año, que están reflejados en la póliza. De esta forma, es posible contratar un seguro más barato, adaptado al uso real del coche.
Este tipo de seguro tiene sentido, sobre todo, para conductores poco habituales, que mantienen el coche aparcado más tiempo del habitual. Por ejemplo, si se utiliza sólo los fines de semana o para desplazamientos cortos o muy excepcionales, porque se trata de un coche antiguo o de colección. Puede ser igualmente útil para familias que disponen de dos vehículos y solo utilizan habitualmente uno de ellos, porque el otro está aparcado en una segunda residencia. En todos estos casos, el seguro por kilómetros permite contratar una prima más barata, en función de los kilómetros que recorra anualmente el vehículo asegurado. Si el seguro se hace con la misma compañía, en el caso de dos vehículos, se pueden obtener también ventajas y descuentos.
La mayor ventaja de un seguro por kilómetros es su coste. Su precio es menor que el de un seguro habitual porque el riesgo que asume la compañía en este caso es siempre menor, puesto que cuanto menos se circula, menos probabilidades hay de que tengas que usar el seguro, tanto si se trata de una avería o de un accidente. Además, el coche se desgasta mucho menos. El precio todavía disminuye más si se contrata en la modalidad de un seguro a terceros.
El límite más bajo ofrecido por las aseguradoras suele ser de 3.000 kilómetros anuales, pero se pueden contratar también “packs” de 2.000, de 1.500 y de 1000 kilómetros. Si consumes todos los kilómetros contratados, también puedes contratar “packs” de hasta 500 kilómetros. El máximo que ofrecen algunas compañías suele ser de 8.000 kilómetros. Algunas compañías permiten hacerlo desde el móvil. Algunas compañías ofrecen un sistema de geolocalización conectado al móvil que mide los kilómetros, pero también te ofrece ayuda si la necesitas. Con este sistema, el pago de kilómetros se hace por uso, no por “packs”. La prima se ajusta al uso real del coche.
En general, las pólizas por kilómetros también suelen ofrecer distintas modalidades de seguro: a terceros, a terceros ampliado y a todo riesgo con franquicia. En este último caso, la póliza cubre los daños propios, los causados por animales y por actos vandálicos. Todas las modalidades incluyen, además, asistencia en carretera y seguro del conductor. En muchos casos, si no has consumido un monto determinado de kilómetros una vez pasado el año, se acumulan para el siguiente, si renuevas con la misma compañía.
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Algunas compañías contemplan otros elementos de riesgo, más allá del kilometraje. Tienen en cuenta la manera de conducir, gracias a un dispositivo que mide variables como la velocidad o la brusquedad o los lugares por los que se utiliza el coche o incluso las horas del día. Las compañías van apostando, cada vez más, por la flexibilidad y la adaptación a las condiciones del conductor y del vehículo.
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La ventaja principal de un seguro por kilómetros es que, al final, se paga un precio según los kilómetros recorridos. Así, los conductores que cogen poco el coche pueden tener con este tipo de póliza un gasto menor y más adaptado a su perfil. Pero, además, el hecho de controlar los kilómetros consumidos puede ayudar a controlar el gasto y a optimizar el mantenimiento, alargando la vida del vehículo. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que se trata de una póliza no apta para todos los perfiles de conductor: si eres un conductor que utiliza mucho el coche, no tiene sentido que tengas limitados el recorrido y la distancia. Si conduces mucho, puedes acabar encareciendo mucho la póliza.
Un seguro de coche por kilómetros es una póliza de reciente aparición que se contrata según los kilómetros que va a recorrer el vehículo. Este número de kilómetros, que se contrata por “packs”, se pacta en el contrato del seguro. Un dispositivo instalado en el coche mide los kilómetros consumidos.
Los seguros por kilómetros están pensados para conductores que conduce poco y realizan desplazamientos cortos. Puede ser útil también para una familia que tiene dos vehículos y uno de ellos lo coge muy poco, quizá porque está habitualmente guardado en el garaje de una segunda vivienda.
Sí, este tipo de pólizas son más asequibles, porque permiten controlar el kilometraje. Además, permiten cuidar más el vehículo, puesto que tienen menos probabilidades de averías y de siniestros. Por tanto, el riesgo que asume la compañía es menor.
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