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A menos que seas usuario de coches compartidos, la pegatina V-26 será desconocida para ti. Este nuevo distintivo de la DGT designa a aquellos vehículos que son usados en la modalidad de carsharing y motosharing. El objetivo es identificar a los coches usados por varias personas en una modalidad conocida como carsharing. Descubre aquí todas las claves sobre esta nueva pegatina V-26, sus orígenes y beneficios para ti.
Hoy en día, usamos palabras en inglés para designar cosas que tienen una perfecta traducción en español. El problema de usar estas denominaciones es que pueden surgir confusiones y malas interpretaciones de ciertos servicios. Este es el caso del carsharing, pues si lo traduces, probablemente encuentres la traducción “vehículo compartido”.
Y, aunque es correcta, esta definición en nuestro lenguaje cotidiano tiene otro significado. Has compartido tu coche infinidades de veces y quizá uses alguna aplicación para compartir los gastos de un viaje con desconocidos. Pero, para la DGT, lo anterior define al “carpooling” y no al carsharing. ¿Confuso? Ciertamente lo es, y mucho pero ya lo vas a comprender mejor.
El carpooling es la modalidad de vehículo compartido o el típico aventón de toda la vida. Por el contrario, el carsharing es una modalidad de alquiler de coches sin conductor que puede ser usado por varios conductores en períodos más cortos y con características bien definidas.
La tecnología ha influido en esta modalidad pues estos coches se alquilan desde aplicaciones móviles que permiten usarlos por un tiempo determinado. Es decir, coges un coche aparcado en la calle o en una zona específica, lo usas y lo devuelves en cualquier otro punto de la ciudad. En el Anexo XI del Reglamento General de Vehículos se define el carsharing de forma taxativa. Fíjate en lo que dice la ley y cuáles son sus definiciones oficiales.
Un vehículo compartido o carsharing es, según la ley, un tipo de vehículo en alquiler sin conductor que será utilizado por diferentes ocupantes. Estos vehículos tendrán una utilización continuada e intensiva por un número indeterminado de usuarios. Su uso se establece dentro de una zona de servicio delimitada y se diferencia del alquiler de vehículos sin conductor tradicional.
La principal diferencia es que el uso de este tipo de vehículos se establece por una aplicación móvil y con una limitación preestablecida de uso. Si vives en una gran ciudad, habrás visto coches de carsharing y motos de motosharing por doquier. Estos vehículos no tienen un conductor determinado y exclusivo por varios días, sino que pueden ser usados por diferentes conductores en un espacio de tiempo más reducido.
En un sólo día, un coche de carsharing puede usarse decenas de veces y esta es una de sus ventajas más importantes. Sin necesidad de sumar vehículos al tráfico, un sólo coche le puede ser útil a diferentes personas.
En España, esta modalidad se ha hecho parte de la cotidianidad. Especialmente, en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. Hay decenas de apps para usar coches y motos con puntos de recogida y dejada, aunque algunas aplicaciones permiten dejar el vehículo en la calle.
Con un geolocalizador, puedes ubicar el coche o la moto más próxima a ti, abrirlo con un código y usarlo. Al terminar, usas la misma app para indicar que liberas el coche y que queda disponible para el siguiente usuario. Ahora bien ¿cuáles son las apps de carsharing más usadas actualmente? Fíjate en las más destacadas:
Como has visto, el carsharing es una modalidad en crecimiento. A pesar de que este modelo es más popular en las ciudades más grandes, no hay límites en este sentido. Algunas carsharing se usan para el tráfico exclusivamente urbano y otras, pueden usarse para viajes o salir de la ciudad.
El modelo es variopinto y depende de las necesidades o visiones de negocio de los emprendimientos. Estas son sólo algunas de las apps más destacadas:
Seguramente en tu ciudad hay muchas más apps y empresas de carsharing para coches y motos. Es un negocio en franco crecimiento y expansión por la geografía española. Es muy popular en el Reino Unido, Alemania y los países nórdicos. En España, la DGT ha ideado un sistema simple, rápido y muy eficaz para identificar los coches de carsharing: La pegatina V-26.
Probablemente te preguntarás ¿cuál es el sentido de crear una identificación para este tipo de vehículos? La respuesta es relativamente simple pero encierra una gran complejidad. La DGT quiere tener la posibilidad de identificar y cuantificar este tipo de vehículos en España.
Detrás de esta identificación hay muchos objetivos. Uno de los más apegados a la realidad actual, es que la administración necesita crear mecanismos de control e identificación específicos. Esto permitirá a un policía reconocer de inmediato cuándo esté en presencia de este tipo de vehículos. Con ello, podrá saber que un mismo coche puede ser visto con diferentes conductores y/u ocupantes en un mismo día.
Adicionalmente, las razones medioambientales son las que más imperan. España ha girado su cabeza hacia la movilidad sostenible como la regla que signará la circulación en los próximos años. El carsharing es una de las alternativas más eco-amigables y con mejor proyección de futuro.
En algunas ciudades del mundo, los ayuntamientos han creado parkings y zonas de dejada de este tipo de vehículos. Las empresas de carsharing han contribuido a descongestionar la ciudad y sus impuestos suman ingresos a las arcas públicas. Si le sumamos la rentabilidad propia del negocio, todo pareciera una relación ganar-ganar para todos.
Aunque todavía es pronto para medir resultados, pues la pegatina es relativamente nueva, todo apunta a un resultado positivo. La DGT ha diseñado esta pegatina con algunas características que debes aprender a reconocer. Fíjate como es la pegatina V-26:
La nueva pegatina V-26 es muy fácil de reconocer pues deberá estar expuesta en la parte superior izquierda del parabrisas en el caso de los coches. En las motos, la pegatina se pegará en la parte trasera. Las características del distintivo son:
El código de barras es quizá la parte más importante de la pegatina pues será leído por los dispositivos de los agentes. Esto le dará la información necesaria del vehículo, empresa y demás datos filiatorios. Si quieres pedir la pegatina V-26, deberás cumplir una serie de requisitos y hacer la solicitud ante la DGT.
No hay muchas dudas en que el modelo de uso de los coches en la actualidad, no es el mejor. Para los habitantes de las grandes ciudades, el volúmen de coches en las vías ha llegado a ser insoportable. Larguísimas horas en atascos y a veces, recorrer un par de kilómetros puede demorar horas.
Además, la contaminación que produce el tráfico es mucho mayor en retenciones y atascos. Un coche encendido y sin moverse consume carburantes y los quema a un ritmo que puede ser perjudicial. A lo que pareciera no tener remedio, la tecnología y el ingenio dan una pequeña solución.
El concepto del carsharing pretende que las personas sólo suban al coche cuando sea absoluta y estrictamente necesario. El uso de un coche compartido de forma puntual, sólo suma un coche al tráfico de forma muy limitada. Para muchos usuarios, esta fórmula es mucho más práctica y económica que un taxi, un vehículo de alquiler o el transporte público.
En algunos lugares del mundo, el carsharing se ha extendido a otros tipos de vehículos como furgonetas, monovolúmenes, camiones o motocicletas. Todos con un mismo objetivo: reducir las emisiones de gases.
Y, obviamente, para los prestadores de este servicio, es un negocio rentable. Con una inversión establecida, un coche puede usarse cientos de veces en un mes, lo que reduce la amortización con beneficios económicos escalables.
Como usuario, usar un vehículo de carsharing tiene muchas ventajas. En ciudades como Madrid, estos coches cuentan con aparcamientos especiales y exclusivos. Asimismo, tienen derecho a usar el carril VAO y a entrar en las ZBE.
Si quieres saber qué son las zonas de bajas emisiones, te recomendamos la lectura de nuestro artículo: “¿Conoces las zonas de bajas emisiones en Madrid? Mapa de zonas, accesos y restricciones”
No siempre es posible complacer a todos al mismo tiempo y en esto, el carsharing no es la excepción. A pesar de que el uso de este tipo de vehículos parece una fórmula positiva para todos, para algunos ciudadanos, tienen inconvenientes. Dentro de las desventajas más frecuentes están:
Como es obvio, para usar un coche en carsharing, debes estar dado de alta en la aplicación. Adicionalmente, deberás dar tus datos personales, de tarjetas de crédito, copia de tu carné y DNI.
A pesar de que estés dado de alta, puede que en tu ubicación actual no existan vehículos disponibles. Esto es un factor que escapa de las manos de los administradores de la app y depende más del uso de otros usuarios y el número de unidades disponibles.
Por lo general, los coches de carsharing están en buen estado. Pero, esto no garantiza que al momento de subir, el coche no esté en las condiciones ideales. Recuerda que estos coches suelen ser revisados de manera periódica pero no hay garantía de encontrarlo en un estado impecable.
Dada la zona de movilidad, es muy común que las empresas opten por los coches más pequeños del mercado. Esto puede ser un problema si llevas equipajes o mercancías. Sin embargo, esto lo puedes filtrar en la mayoría de las apps.
Otro punto importante es el tema del seguro, infracciones y multas. En el contrato de adhesión, es probable que firmes una cláusula que indique que las multas de tráfico y/o aparcamiento vayan por tu cuenta. Esto es fundamental antes de estampar tu firma en el documento.
Si eliges alquilar un carsharing por varios días, el seguro puede ser una preocupación. En la actualidad, existen modalidades de seguros por días que pueden ser una solución muy eficaz. En nuestra web puedes conocer todas las opciones actuales, sus pros, contras y presupuestos.
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Aunque parecen lo mismo, el carsharing es diferente al carpooling. La diferencia radica en que el carsharing, el vehículo es propiedad de una empresa dedicada a tal fin, se usa sin conductor y se alquila desde una app. El carpooling define a un coche de propiedad privada en el que el propietario lleva diferentes pasajeros a los que puede o no, cobrar una tarifa. En ello, la ley entiende que el propietario no se dedica al transporte como actividad principal y por ende, no se rige por las normas de un taxi u otro servicio de transporte de personas.
No, el carsharing se refiere a un servicio de alquiler de vehículos sin conductor con un uso específico y contratados a través de una app móvil. El uso tradicional del coche compartido se refiere al carpooling y no está regulado con la pegatina V-26.
La pegatina V-26 tiene varias ventajas. Una de ellas es el uso de los carriles expresos en autovías y autopistas o llamado “carril VAO”.
Es muy probable que al alquilarlo, sin importar el tiempo, la empresa tenga un seguro propio. Pero, es fundamental leer el contrato e investigar si necesitas una cobertura adicional. Para ello, las pólizas por días pueden ser una solución eficaz.
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1999-1826#v2-2
https://revista.dgt.es/es/multimedia/video/2022/06JUNIO/0624-Normas-coche-compartido.shtml
https://revista.dgt.es/es/multimedia/infografia-animada/2016/0824Carril-Bus-VAO.shtml
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