Análisis de casos: Un coche autónomo de Uber atropella y mata a una peatona

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Escenario del accidente donde puede verse el vehículo autónomo de UBER y la bicicleta que llevaba en la mano la mujer atropellada. / ABC15

La llegada del coche autónomo vuelve a generar incertidumbre tras producirse el primer atropello mortal de un vehículo sin conductor. El accidente ocurrió en la noche del pasado domingo en Tempe (Arizona, EE.UU) con un vehículo propiedad de la compañía Uber, un Volvo XC90 modificado.

Al parecer, el coche circulaba en modo autónomo en el momento del atropello, aunque un ingeniero de la compañía iba en su interior en el puesto de conductor. Según ha detallado en un comunicado la policía local, el peatón (una mujer de 49 años) caminaba con su bicicleta por un lugar no apto para peatones.

Mientras se aclaran las causas del siniestro y por qué el vehículo autónomo no fue capaz de detectar a la mujer, nos preguntamos de quién es la responsabilidad y cómo cubriría un seguro de coche esta situación de haberse producido en España.

¿Quién es el responsable?

En nuestro país el Reglamento General de Vehículos no permite la circulación de coches 100% autónomos. Sólo pueden utilizarse para pruebas o ensayos de investigación bajo una serie de requisitos y siempre bajo la supervisión de un conductor, que está obligado a tomar el control del vehículo en determinadas circunstancias, por lo que en este caso la responsabilidad sería del conductor.

Por otro lado, el informe policial del accidente de Arizona señala que la mujer cruzaba la vía fuera del paso indicado para peatones, lo que supone una imprudencia que podría eximir de responsabilidad al vehículo y a su conductor, dejando sin indemnización a los familiares de la fallecida que, de ser finalmente declarada culpable del siniestro, podrían ser demandados y obligados a asumir el coste de las reparaciones del vehículo.

Uber estaba en pleno proceso de pruebas de coches autónomos en Pittsburgh, San Francisco, Toronto y las proximidades de Phoenix (Arizona). Tras el suceso y hasta que este no se esclarezcan las causas, la compañía ha anunciado la suspensión de este programa, según ha informado la agencia Bloomberg.

Pasado y futuro

Hace ahora un año en la misma zona, otro Volvo XC90 de Uber estuvo involucrado en una colisión que, según la Policía, fue debida a que el otro vehículo no le cedió convenientemente el paso. También el pasado año, el conductor de un Tesla Model S, que llevaba puesto el piloto automático, chocó contra un camión en Florida mientras estaba viendo una película y perdió la vida.

A pesar de estos accidentes, los desarrolladores de coches inteligentes continúan apostando por ellos. Cuando los vehículos autónomos adquieran mayor fiabilidad y sean una realidad, deberán producirse los cambios legislativos necesarios para su implantación. La responsabilidad evolucionará y será indispensable el lanzamiento de nuevos productos aseguradores que cubran aquella que pueda atribuirse a las marcas automovilísticas o los fabricantes de hardware y software. La responsabilidad civil del conductor quizá acabe por desaparecer, pero no así la del propietario del vehículo, a quien se le seguirá atribuyendo la culpa, por ejemplo, de los daños causados a terceros por un remolque o por la caída de objetos transportados, por citar algún ejemplo.

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