El Range Rover Sport PHEV 2018 es el primer vehículo híbrido enchufable del fabricante Land Rover. Tiene dos motores que trabajan conjuntamente, uno de gasolina de 300 caballos de potencia y otro eléctrico con 116 CV. Los dos motores combinados dan una potencia total de 404 CV y son gestionados por el sistema híbrido denominado Parallel Hybrid, que permite al conductor seleccionar entre una potencia solo eléctrica (EV) o la combinación del motor eléctrico y el motor de gasolina.
El motor eléctrico tiene una autonomía homologada de 51 km y es alimentado por una batería de 13,1 kWh.
Con el sistema Parallel Hybrid el conductor puede gestionar la carga de la batería o el ahorro del combustible a través de las siguientes funciones: SAVE, que permite mantener la carga de la batería por encima de un nivel indicado previamente; y Predictive Energy Optimisation, que trabaja con el sistema de navegación y utiliza los datos de altitud del trayecto para combinar de forma más eficiente el motor eléctrico y el de gasolina.
El motor eléctrico tiene una autonomía homologada de 51 km, está situado en la caja de cambios y es alimentado por una batería de 13,1 kWh, ubicada debajo del maletero. Para completar la carga desde un enchufe doméstico son necesarias 7,5 horas y, si la carga se realiza desde un punto de carga rápido o un sistema Walbox, el tiempo es de 2 horas y 45 minutos. Detrás del logotipo de la marca, situado a la derecha de la parrilla, está el punto de carga eléctrica del vehículo. El estado de carga de la batería se puede comprobar a través de la aplicación para teléfono móvil InControllo.
Tiene dos motores que trabajan conjuntamente, uno de gasolina de 300 caballos de potencia y otro eléctrico con 116 CV.
El Range Rover Sport PHEV 2018 tiene tracción en las cuatro ruedas, acelera de 0 a 100 km/h en 6,7 seguros y alcanza 220 km/h de velocidad máxima con el motor de gasolina y 137 km/h con el motor eléctrico. Las emisiones de CO2 son de 64 gramos por kilómetro y su consumo de combustible de 2,8 litros a los 100 km en el ciclo combinado NEDC. Según afirma Land Rover, el sistema eléctronico Terrain Response 2 ha sido recalibrado para distribuir de forma eficiente el par del motor eléctrico, que no tiene marcha ultralenta, para proporcionar un mayor control durante las maniobras todoterreno a baja velocidad.
La carrocería mantiene los mismos cambios estéticos que la versión Range Rover Sport 2018, al igual que el interior, donde cuenta además con el sistema de ionización del aire del habitáculo y un parasol que se despliega automáticamente mediante gestos. El conductor puede acceder al sistema de información y entretenimiento a través de dos pantallas táctiles de 10 pulgadas, alta definición y con reconocimiento de gestos de control (como pulsar, deslizar o separar los dedos). La pantalla superior en la consola central puede regularse para contrarrestar los deslumbramientos y mejorar la visibilidad. La pantalla fija inferior, es el panel de control y permite gestionar las funciones del climatizador y distintos ajustes del vehículo y del asiento.