El
Peugeot 3008 y el
Renault Scénic son dos coches
casi idénticos. Estas versiones, con motor diésel de 130 caballos de potencia para el Renault y 120 para el Peugeot, también son similares por funcionamiento, si bien
el Renault tiene mejor aceleración en todas las marchas y también
un consumo más alto. En conjunto, el Peugeot es un coche ligeramente más agradable aunque por muy poca diferencia: el motor funciona con mayor suavidad, la palanca de cambios trabaja claramente mejor, sus suspensiones son más cómodas y subir y bajar de sus asientos no requiere tanto esfuerzo como en el Renault.
Los dos son coches con formas a medio camino entre un monovolumen y un todo terreno. Las dos marcas explotan el tirón que este tipo de carrocerías tienen en el momento de su lanzamiento.
Los motores diésel tiran razonablemente bien del peso del coche. El Renault es más potente pero también es claramente más pesado. Aunque el motor suena perceptiblemente a diésel en ambos casos, tienen un funcionamiento suave. En autovía, los dos funcionan de forma pareja, pero en carretera y en ciudad es más agradable el Peugeot porque el funcionamiento del cambio de marchas del Renault Scénic es pesado, por lento. No es un cambio agradable y no existe versión con cambio automático para este motor de 130 caballos de potencia. En el Peugeot, cuyo cambio manual funciona mejor, sí cabe la posibilidad de optar por una caja de cambios automática.
Por fuera los coches miden prácticamente lo mismo en longitud, anchura y altura, por lo que las dimensiones exteriores no determinan que uno u otro sea más cómodo para aparcar o para maniobrar en un garaje estrecho. Es cierto que
el Peugeot necesita menos espacio para girar y por tanto
se mueve mejor entre columnas de garajes en los que existe poco espacio, pero la diferencia no es determinante.La mayor
ventaja del Scénic frente al 3008 es la posibilidad de
desplazar el asiento posterior, que está dividido en dos partes desiguales. El recorrido es de 16 centímetros, que se pueden aprovechar normalmente para dar más espacio a las piernas y que, cuando se necesite, da la posibilidad de incrementar el espacio para el equipaje. Por este motivo, que el maletero del Peugeot sea 15 litros mayor no es determinante porque en el Renault existe la posibilidad de desplazar hacia adelante toda la fila posterior o una de las divisiones.
Donde sí existe una diferencia notable es en la altura desde el suelo de la calle hasta los asientos. La banqueta del asiento trasero del Renault Scénic está a 77 centímetros del suelo, 9 centímetros más alta que la del Peugeot. Los asientos del Scénic están situados muy altos y esta diferencia de altura puede ser ventajosa en algunas situaciones y un problema insalvable en otras. Para personas mayores, de baja estatura y poca movilidad, puede ser un problema subir hasta el asiento posterior del Scénic. En cambio, para poner un niño en su silla, esta altura puede aportar comodidad. Los dos coches llevan tres asientos con fijaciones Isofix, el del acompañante y los dos exteriores de la segunda fila.
Los
salpicaderos de uno y otro modelo son muy diferentes, así como los botones para utilizar la pantalla (o la ausencia de ellos en el caso del Renault). Las preferencias para uno u otro modelo son particulares. Quien prefiera un
diseño limpio, sin botones y navegar directamente a través de la pantalla (que tiene infinitos menús y posibilidades),
debiera escoger el Renault. Quien prefiera un
diseño clásico, accesible mediante botones, tiene en el
Peugeot una propuesta más cercana a sus gustos.
El
Peugeot tiene un
volante con un diámetro muy pequeño, que no resulta cómodo porque salvo que vaya uno muy atento
no ayuda a manejar la dirección con precisión y, además, depende de en qué posición esté colocado,
molesta para ver el cuadro de instrumentos. Yo, por ejemplo, tengo que situarlo en una posición más baja que la que me gustaría, porque de lo contrario me molesta para ver la parte inferior del cuadro.
Esta versión del Peugeot 3008 carece de elementos de equipamiento que sí son de serie en el Renault. Por ejemplo, la cámara de visión posterior, que resulta muy útil en coches con la cintura alta como estos, es de serie en el Scénic y cuesta 900 euros en el Peugeot. Una diferencia notable.
La elección entre un coche y otro resulta difícil, salvo para quien tenga preferencias claras en el caso de la palanca de cambios, del desplazamiento de los asientos posteriores, de la altura de acceso, del manejo de la pantalla y del tamaño del volante, detalle que puede parecer poco importante pero que marca una diferencia notable. Si tiene hijos y parece que van a ser altos de mayores (o si ya son altos, tengan la edad que tengan) el Peugeot es más amplio tanto en altura desde la banqueta hasta el techo, como en el espacio para las piernas y en la anchura para los hombros.